Cómo se rodó ‘El páramo’, la opera prima de David Casademunt fotografiada por Isaac Vila
Un relato de aislamiento en clave de western
FOTOS: LANDER LARRANAGA
Lucía (Inma Cuesta) y su hijo (Asier Flores) viven alejados de la sociedad en un paraje llano en el que casi no hay vida. La pequeña unidad familiar que forman madre e hijo apenas recibe visitas, y su meta es desarrollar una existencia tranquila. En un inicio lo consiguen, pero la aparición de una misteriosa y violenta criatura que empieza a acosar su pequeña casa pondrá a prueba la relación que los une.
‘El páramo’, opera prima de David Casademunt, es para el director un cuento sobre el miedo. «Mejor dicho, sobre las consecuencias de vivir con miedo. Para sentirnos a salvo, podemos llegar a construir cercados que, paradójicamente, nos hacen más vulnerables. Nuestros «límites del coto» mentales pueden llevarnos a la locura. Esta es una película con monstruo, o con varios monstruos. Porque todos los personajes son «bestias» para los demás. Aquí no hay buenos ni malos, aquí todos son víctimas y verdugos.»
El arte de ‘El páramo’
«Desde el punto de vista de la dirección artística, la película ha supuesto un regalo, uno de esos proyectos que esperas que te lleguen», explica Balter Gallart.
Prácticamente el 100% de la acción transcurre en un único entorno, un páramo donde hay una casa que acoge a los protagonistas, en la segunda mitad del s.XIX, lo cual convierte a este espacio interior/exterior en el cuarto personaje de la historia. «Un paisaje con un horizonte infinito, que tenía que provocar opresión y casi diría que agresividad y un interior protector y acogedor, a la vez que muy inquietante y que contara la manera de vivir de los protagonistas», continúa el diseñador de producción. «Encontramos el exterior ideal en Teruel, un paisaje sin relieve, con una construcción aislada que fue la base perfecta para crear nuestro decorado/entorno y que nos daba pie para levantar en estudio el interior de la vivienda de los protagonistas.
Colores, materiales y texturas han sido los elementos que nos han ayudado a crear una atmósfera, que tenía que ser verosímil, y servir como ambiente fiel a la historia de degradación que sufren los actores, sin renunciar a la estética que perseguía el proyecto y a las necesidades técnicas del propio rodaje. En el exterior buscamos la máxima desnudez y los pocos elementos que utilizamos, como árboles secos y manipulados a modo de tótems, marcan unos límites que están más en la mente de los personajes que en el entorno y ayudan a transmitir la desolación de la que son víctimas, de modo que su aislamiento buscado acaba siendo su condena. Hemos utilizado una paleta muy austera, casi monocromática de colores terrosos y oscuros, para realzar la sensación de agobio y como base para introducir, por contraste, colores mucho más saturados como el rojo sangre o la verde hierba que destacan en momentos puntuales, para conseguir el efecto deseado. Un trabajo milimétrico que ha seguido el camino marcado por David Casademunt de austeridad, sensibilidad y emoción».
La fotografía de “El Páramo”, por Isaac Vila
El Páramo es para David Casademunt un relato de aislamiento, de emociones a flor de piel y de horrores inesperados. Todo filtrado a través de los ojos de un niño. Y es que lo que vertebra esta película es el arco de crecimiento de Diego. El espectador solo verá y escuchará lo que Diego ve y escucha, y los espacios «en blanco» los deberá rellenar con su intuición.
«Rodamos la película con la cámara Arri Alexa LF, y la combinamos con un juego de lentes antiguo, unos LEICA R, rehoused», explica el director de fotografía Isaac Vila.
En el trabajo de cámara, la idea principal es que esta acompañase mucho a los actores, y siempre desde su perspectiva. «Esto se hizo sobre todo con Asier, que es el niño protagonista. Muchas de las escenas están rodadas en cámara en mano desde su punto de vista».
En cuanto a las ópticas, se hizo un uso extensivo de los angulares. «El 19mm, 24mm, y 28mm fueron las ópticas más usadas. Ya, en la segunda parte del film, esto fue potenciado aún más para aumentar la sensación de agobio que el personaje de Inma tiene a medida que avanza la trama», sigue Isaac.
En el apartado de la iluminación, los retos más importantes a nivel fotográfico fueron aprovechar la luz natural de las puestas de sol en Teruel, iluminar de forma realista las noches, y conseguir hacer creíble el decorado en plató.
La creación de La bestia
En las primeras reuniones con el diseñador de producción, Balter Gallart, y con el director, David Casademunt, el equipo de Hypnotic VFX recogió toda la información necesaria para comenzar a desarrollar el diseño de La bestia. Se hizo no solo el diseño de los VFX, si no también el desarrollo de los conceptos para el departamento de arte. Esto permitió generar un diseño que tuviera coherencia con todo lo que el departamento de arte estaba desarrollando, a partir de las referencias y las guías del director, que sirvieron como el vehículo principal para la conceptualización de la criatura.
El monstruo debía representar todos los traumas que Diego, el niño protagonista en la película, experimenta durante su viaje iniciático hasta que se enfrenta a La bestia. Las imágenes traumáticas que Diego plasma en el monstruo (que es producto de su imaginación) las vamos observando a lo largo de la primera parte de la película. Estos elementos tienen un reflejo directo en el diseño de La bestia:
El tejado de la casa, que tiene un reflejo directo en las texturas de la criatura:
El espantapájaros y las cruces de término, de los cuales salen la forma de las manos del monstruo:
Las figuras de madera y en especial las del cuello largo son la base para general la silueta de La bestia:
La escena del suicidio del hombre de la barca, de la que Diego es testigo y en la que ve como el disparo realiza un gran boquete en su cabeza. Esta imagen se plasmará en el diseño de la criatura que también tiene media cabeza hueca y un agujero que la atraviesa:
Una vez aprobados estos elementos, catalogados como «los traumas de Diego», se empezó con el diseño de La Bestia. Comenzaron con sketches de silueta:
A partir de estos diseños, comenzaron a trabajar en un diseño final hasta llegar al diseño aprobado por el director:
Paralelamente, el equipo de VFX comenzó a diseñar a nivel técnico la mejor manera de presentar la criatura en pantalla. Debido al diseño desproporcionado que tiene, sabían que en todos los planos que apareciera el personaje debía haber algún tipo de intervención de VFX. La primera tarea a llevar a cabo era coordinarse con el estudio de Nacho Díaz, encargado de la elaboración del traje que llevaría el actor. Con ellos desarrollaron un traje con partes en croma, que les permitía tener una referencia física en el set y una base real para solucionar algunos tipos de planos.
Para minimizar costes dividieron los planos en diferentes tipos de intervenciones. Por una parte, están los planos en los que vemos a La bestia de lejos y en los que podían utilizar el traje creado por ND Studio con una intervención en la silueta del traje en 2D y, por otro lado, están los planos estrella de la criatura en la que la vemos de cerca y en la que la mejor opción fue borrar el actor completamente del shot para hacer una integración de La Bestia full CG en cada uno de estos planos.
Equipo técnico
Dirigida por David Casademunt
Guionistas: David Casademunt, Fran Menchón y Martí Lucas
Producida por Rodar y Rodar
Productores Joaquín Padró, Mar Targarona y Marina Padró
Dirección de fotografía: Isaac Vila
Dirección de arte: Marc Pou
Música Original: Diego Navarro