Cómo se rodó la epopeya histórica de Ridley Scott ‘El último duelo’, fotografiada por Dariusz Wolski
La cinta retrata la opresión de la mujer en la Francia del siglo XIV
«El último duelo» es un drama cinematográfico que invita a la reflexión y que está contado desde tres perspectivas distintas. Explora el poder omnipresente de los hombres, la fragilidad de la justicia y la fuerza y el coraje de una mujer dispuesta a plantar cara para defender la verdad.
Foto fija de Jessica Forde
La historia
Basado en el libro de 2004 de Eric Jager, The Las Duel: A True Story of Crime, Scandal, and Trial by Combat in Medieval France, es una historia real basada en materiales de fuentes históricas sobre un legendario duelo a muerte, el último registro oficial sobre un combate de esta naturaleza.
El libro cuenta la turbulenta Edad Media. Cuando el protocolo, las aspiraciones y la justicia se rigen por los códigos de la caballería, las consecuencias de desafiar las instituciones de la época (la Iglesia, la nobleza en la corte, un rey adolescente) pueden ser muy serias. Para una mujer que navegaba por estos tiempos violentos, que carecía de estatus legal sin el apoyo de su marido, lo que estaba en juego era aún mayor.
El libro de Jager llamó la atención de Matt Damon, que comprendió su potencial cinematográfico e imaginó a Ridley Scott al timón del proyecto. Después de haber trabajado con Scott en «Marte (The Martian)» en 2015, Damon sabía que su sensibilidad visual y su experiencia en grandes epopeyas históricas a lo largo de cuatro décadas en Hollywood encajaban a la perfección con esta historia. El actor se asoció con su amigo Ben Affleck -en 1997, el primer guion que escribieron juntos, “El indomable Will Hunting”, ganó el Oscar al mejor guion original. “Sabíamos que era una historia increíble, la cuestión era cómo contarla de manera que resultara realmente atractiva”, dice Matt Damon. “Fue entonces cuando se nos ocurrió la idea de las diferentes perspectivas y, en última instancia, la trampa y el gancho es que durante dos tercios de la película los protagonistas son estos dos hombres y en el último tercio descubres que la mujer es la verdadera heroína de toda la historia”.
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Damon y Affleck colaboraron en la realización del guion con Nicole Holofcener. Cada uno de ellos se puso a escribir desde la perspectiva de Carrouges, Le Gris y Marguerite, respectivamente, para asegurar que la historia capturara de manera efectiva las tres voces. Según Holofcener, «la razón por la que formé parte del grupo es porque Matt y Ben no son mujeres. No es que no pudieran escribir papeles de mujeres fantásticas. De hecho, muchos hombres lo hacen, pero creo que yo podía aportar la perspectiva de una mujer, y también una visión y una voz diferentes”.
Hombres como Jean de Carrouges y Jacques Le Gris eran los héroes de sus propias historias, pero unos narradores poco fiables del momento histórico. La perspectiva de Marguerite es esencial, ya que nos ofrece una rectificación necesaria de las opiniones indiscutibles que los hombres tienen de sí mismos y del mundo que los rodea. “Estos hombres nacieron en medio de la Guerra de los Cien Años. Solo conocían un mundo en el que era habitual violar y saquear, que eran, y siguen siendo, armas de guerra, pero así era el mundo en el que vivían estos hombres”, dice Damon. “Era increíblemente violento, así que al leer el libro sentí que la única historia que valía la pena contar era la de ella; su increíble valentía bajo esa presión tan terrible, la forma en la que la interrogaron, la avergonzaron… Pero ella nunca cedió y se atrevió a decir la verdad sobre lo que le había sucedido”.
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Cuando Marguerite de Carrouges es atacada, el trauma actúa a varios niveles. “Ella confiesa a su marido que la han violado, algo que en la Francia del siglo XIV era una decisión increíblemente valiente y arriesgada para cualquier mujer”, dice el productor Kevin J. Walsh. “En ese momento, las mujeres tenían pocos derechos sociales y por lo general estaban bajo la tutela legal de los hombres. Una mujer con el coraje de hablar sobre la agresión sexual solía vivir aterrorizada y convertirse en víctima de más violencia por parte de su marido y de toda la comunidad por motivos de infidelidad, promiscuidad y desobediencia. Considerando estos graves riesgos, la decisión de Marguerite de dar un paso al frente y decir la verdad fue aún más heroica”.
Affleck añade: «Descubrimos que en la sociedad actual todavía quedan vestigios de muchos aspectos del patriarcado formal y codificado de la Europa occidental del siglo XIV (y en algunos casos casi sin cambios)”. Además, queríamos examinar cómo las instituciones, las pautas culturales y las normas sociales tuvieron, y continúan teniendo, un efecto muy profundo en función de la manera en la que un individuo percibe la realidad. También queríamos explorar la idea de que esos factores tenían mucho que ver con los relatos históricos muy variados de la época, así como utilizar la perspectiva para dramatizar esos momentos privados que la historia no registró”.
Algunas escenas de “El último duelo” se filmaron con seis cámaras, todas trabajando simultáneamente, pero cada escena se rodaba con un mínimo de cuatro cámaras. Wolski utilizó la Arri Alexa Mini LF, zooms cortos Angenieux y lentes vintage Panavision de 65 mm
Foto fija de Jessica Forde
El rodaje
El rodaje de “El último duelo” tuvo lugar en 2020 en numerosas y espectaculares localizaciones de Francia e Irlanda. Algunos de los castillos más majestuosos de Francia sirvieron de telón de fondo para esta historia, a la que un grupo de excelentes profesionales devolvió su grandeza medieval. Entre ellos, figuran el Director de fotografía Dariusz Wolski, ASC («Noticias del mundo”); el diseñador de producción Arthur Max («Marte (The Martian”); la montadora Claire Simpson («Platoon”); la diseñadora de vestuario Janty Yates («Gladiator”); el compositor Harry Gregson-Williams («Mulán”); y los supervisores de efectos visuales Gary Brozenich («Maléfica: Maestra del mal», «Piratas del Caribe: La venganza de Salazar») y Jessica Norman («Wonder Woman», «Guerra Mundial Z”).
La Fotografía de ‘El último duelo’
Ridley Scott es un realizador que se distingue por su original estilo visual y su instinto cinematográfico, así como por su espectacular realización de películas que abarcan 360º, empleando múltiples cámaras en cada escena. “Ridley entiende la luz y cómo encuadrar una toma a un nivel excepcionalmente avanzado”, dice Matt Damon. “Es verdad que empezó como director de arte, pero hacer televisión en directo y manejar una cámara dice mucho de su forma de dirigir. Sabe montar una escena, físicamente”.
Scott es uno de los pocos directores en activo que monta la película durante el rodaje. Al explicar su dinámica de trabajo tan personal, Damon dice: “Cuando Ridley está colocando sus cámaras en el tráiler, se baja, ensaya una escena y coloca cuatro cámaras, y Darius las pone en marcha. Luego entra en el camión y mira a esas cámaras como si las estuviera manejando él mismo, que es solo una versión más elaborada de lo que comenzó haciendo. Sabe lo que es una toma y sabe cómo encontrarla y cómo configurarla y él lo hace con cuatro cámaras, y tiene cuatro operadores profesionales con walkie-talkies ajustando la toma. Y esa es la toma”.
Affleck afirma: «Para mí fue muy emocionante ver cómo rueda Ridley, utilizando múltiples cámaras que capturan toda la acción en dos partes, pero que parecen simultáneas. “La energía se intensificaba dependiendo de hacia dónde apuntaban las cámaras. No sabías cuándo ibas a estar frente a la cámara y cuándo no, lo que creaba un sentimiento de sorpresa e inmediatez maravilloso”.
Affleck continúa: “Tampoco es difícil mantener el ritmo… en realidad es el ritmo al que quieres trabajar. Es más difícil quedarse dos horas y luego tratar de situarse o prepararse para una gran escena emocional. Si todo el mundo lo hace todo a la vez, te alimentas de lo que hacen los demás actores y el resultado es mucho más auténtico y real”.
Para ayudar a transmitir visualmente la naturaleza brutal y áspera de un mundo colorido impregnado de tradición y algarabía, Scott recurrió al director de fotografía Dariusz Wolski, con quien ha trabajado en cinco películas (comenzando con «Prometheus» en 2012), para manejar la luz y las cámaras.
Algunas escenas de “El último duelo” se filmaron con seis cámaras, todas trabajando simultáneamente, pero cada escena se rodaba con un mínimo de cuatro cámaras. Wolski utilizó la Arri Alexa Mini LF, zooms cortos Angenieux y lentes vintage Panavision de 65 mm para asegurarse de que Scott contara con el material más atractivo con el que montar la película.
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Para Wolski, quien el año pasado fue nominado a un Premio de la Academia por su trabajo en «Noticias del gran mundo», uno de los mayores desafíos en «El último duelo» fue fabricar luz natural para las escenas que se filmaron en espacios mayormente oscuros y, a menudo, sin ventanas. Los fosos del castillo y los muros de 30 metros se construían para obstaculizar el acceso, lo que dificultaba su trabajo.
“En Francia estábamos muy limitados… no podíamos poner mucha iluminación en las ventanas del castillo, así que usamos la exposición existente desde el exterior de las ventanas”, dice Wolski. “Pero había muchas limitaciones, porque no podíamos poner grandes luces fuera de la ventana, ya que había una pared enorme o algo similar que lo impedía”.
La cuestión era cómo equilibrarlo por dentro. “Depende de si quieres ver una silueta o el rostro o los ojos de alguien”, explica Wolski. “Basamos nuestra decisión en la colocación de los actores y en el cariz dramático de las escenas”.
Cuando el rodaje se trasladó a Ardmore Soundstages en Irlanda, el problema consistió en cómo combinar la iluminación. “Tratamos de limitar nuestros recursos en el escenario y fingir que habíamos vuelto a la localización», dice Wolski. “El acceso es mucho más fácil, pero tienes que contenerte”.
Para Wolski, uno de los mayores desafíos en «El último duelo» fue fabricar luz natural para las escenas que se filmaron en espacios mayormente oscuros y, a menudo, sin ventanas.
Foto fija de Jessica Forde
Localizaciones
La región del Périgord Noir en el suroeste de Francia es donde Ridley Scott rodó su primer largometraje, «Los duelistas», en 1976, y donde regresó para empezar a rodar «El último duelo”. Es la 13ª película que el diseñador de producción Arthur Max ha hecho con Scott, la primera fue «Gladiator» en 2000. Al igual que en cada una de las películas anteriores, esta tenía sus propios problemas, muchos de ellos relacionados con las numerosas localizaciones en varios países.
El castillo de Beynac, cerca del pueblo de Beynac-et-Cazenac, se utilizó como interiores de la Finca Carrouges, incluida la boda de Jean de Carrouges y Marguerite, que contó con 93 extras como peinado, maquillaje y vestuario completos interpretando un número de baile coreografiado. La localización también se utilizó para rodar tanto escenas interiores y exteriores ambientadas en el castillo de Fontaine-Les Sorel, el hogar de la familia de Marguerite.
El castillo de Fénelon en Sainte-Mondane se utilizó para escenas exteriores que se desarrollaban en el Fuerte de Belleme, donde el padre de Carrouges era el capitán. La ciudad de Monpazier, uno de los pueblos más bellos de Francia, se utilizó para escenas exteriores ambientadas en las calles de París. Monpazier ha conservado gran parte de su arquitectura y diseño originales, pero se necesitaron trabajos menores para ocultar algunos aspectos modernos y también se añadieron puertas, balcones y ventanas de madera.
Max y su equipo transformaron la Plaza des Cornières de la ciudad en un auténtico mercado medieval. El set se adornó con decenas de extras vestidos como aldeanos, granjeros, comerciantes, guardias del tesoro, nobles, prostitutas y clérigos y también animales.
El castillo de Berzé-le-Châtel, una fortaleza medieval en Borgoña, se convirtió en partes de la Finca Carrouges.
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Después de varios meses de pausa (debido a las restricciones impuestas a las producciones en todo el mundo como resultado de la pandemia de COVID-19), la producción de «El último duelo» volvió a Irlanda. La primera etapa se desarrolló en los Ardmore Studios ubicados en Bray, County Wicklow, Irlanda, donde se construyeron varios decorados de interiores, incluidas habitaciones de la Finca Carrouges y el Gran Salón de Argentan.
En el Plató A, se construyó el enorme Gran Salón de Argentan, donde está la corte de Pierre d’Alençon. Varios aspectos de Berzé-le-Châtel en Francia, la localización utilizada para rodar exteriores de la Finca Carrouges, se recrearon en los platós de Ardmore. El dormitorio de Carrouges en el Plató D reproducía la arquitectura de uno de los pasillos interiores, un piso que era una réplica exacta del castillo.
El duelo entre Carrouges y Le Gris tuvo lugar en Saint-Martin-des-Champs en Francia, un antiguo monasterio adaptado para las justas. El Oak Field de Ballycurry Demesne en Ashford, Irlanda, hizo las veces del monasterio francés en la pantalla.
“Existe un equilibrio entre lo que es realmente antiguo y lo que es reciente, y desde el punto de vista de la fotografía no queríamos nada que pareciera nuevo”, dice Max. “Cuando estás reproduciendo un mundo antiguo y medieval la gente piensa que todo tiene que ser muy antiguo, así que todo es muy antiguo, no hay nada nuevo. Y si hacemos bien nuestro trabajo, el público no debería darse cuenta”.
Contrataron a Lorris Chevalier como asesor histórico de la película, para garantizar que los movimientos de los personajes principales y los extras, así como las costumbres o rituales representados en la película, fueran auténticos y representaran la época medieval de la Europa Occidental. Para una escena ambientada en la capilla de la Finca Carrouges, la producción necesitaba ocultar los tabernáculos del altar que databan del siglo XVIII (utilizados para albergar los objetos de la Eucaristía). Chevalier, que se doctoró en estudios medievales especializándose en caballería de la Plena Edad Media, recomendó que la producción creara un políptico, que consiste en una serie de paneles pintados para cubrir el retablo existente.
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La celebración del duelo
El diseñador de producción Arthur Max y su departamento comenzaron a prepararse para las justas seis meses antes de que empezara el rodaje. Tomando como referencia los documentos judiciales que quedan y el libro de Eric Jager y trabajando con maquetas y previsualización, Max ayudó a Ridley Scott a visualizar mejor cómo se desarrollarían esas escenas.
Para filmar las intensas secuencias de acción, el director de la segunda unidad y coordinador de especialistas Rob Inch («Wonder Woman 1984») trajo especialistas que estaban entrenados para realizar algunas de las secuencias de justas más peligrosas.
Se utilizaron cámaras aéreas y varias grúas para seguir a los caballos que cargan mientras chocan en el palenque. “Cuando trabajas con Ridley tienes que estar muy alerta”, dice Inch. “Le gusta ver las cosas desde una perspectiva diferente y le gusta añadir cámaras en posiciones adicionales para obtener planos que yo nunca hubiera imaginado. Me da mucho margen para hacer mi trabajo”.
Una vez terminado el rodaje, el equipo de efectos visuales, dirigido por Gary Brozenich y Jessica Norman, se puso a trabajar, lo que implicaba ampliar digitalmente el escenario de fondo con multitudes o imágenes generadas por ordenador de París y de la Francia del siglo XIV.