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Django desencadenado

22/01/2013

El western de Tarantino

Ambientada en el sur de Estados Unidos dos años antes de la Guerra Civil, Django desencadenado está protagonizada por Jamie Foxx en el papel de Django, un esclavo cuya brutal historia con sus antiguos amos lo arroja directamente a las manos del cazador de recompensas nacido en Alemania Dr. King Schultz (Christoph Waltz). Schultz se halla tras la pista de los peligrosos hermanos Brittle y solo Django puede conducirlo hasta su recompensa. El poco ortodoxo Schultz adquiere a Django con la promesa de liberarlo una vez capturen a los Brittle: vivos o muertos. 

El éxito que obtienen en su cometido hace que Schultz libere a Django, pero ambos deciden no separarse y seguir juntos su camino. Django perfecciona su destreza como cazador con un único objetivo: encontrar y rescatar a Broomhilda (Kerry Washington), la esposa que perdió hace tiempo en el mercado de esclavos.    

La búsqueda de Django y Schultz finalmente los lleva hasta Calvin Candie (Leonardo DiCaprio), propietario de la infame plantación “Candyland”. Bajo falsos pretextos, Django y Schultz exploran las instalaciones y despiertan las sospechas de Stephen (Samuel L. Jackson), el esclavo de confianza de Candie. Sus movimientos están vigilados y una peligrosa organización les sigue los pasos. Si Django y Schultz quieren escapar con Broomhilda, deberán elegir entre la independencia y la solidaridad, y entre el sacrificio y la supervivencia…

La producción de un western


Escrita y dirigida por Quentin Tarantino, Django desencadenado está producida por Stacey Sher, Reginald Hudlin y Pilar Savone.
La aventura de Django desencadenado a la gran pantalla comenzó hace más de diez años cuando el director y guionista Quentin Tarantino pensó por primera vez en el personaje principal de la película, Django. “El germen de la idea fue la de un esclavo que se convierte en cazador de recompensas y persigue a los capataces que se esconden en las plantaciones”, recuerda Tarantino. “Comencé a escribir y Django se me presentó sin más. En un principio fue lo que era, el sexto esclavo encadenado en una cadena de siete. Pero a medida que escribía continuaba revelándose más y más”.

A pesar de que la película transcurre en el sur de Antebellum, Tarantino descubrió que la historia de Django podría ser reflejada mejor en un western. “Siempre quise hacer un western. Me gustan todos los tipos de western, pero como para mí el favorito siempre ha sido el spaghetti western, pensé que el día que hiciera uno sería dentro del universo de Sergio Corbucci”, cuenta Tarantino. 

Para Tarantino, los western representan descripciones magistrales del bien y el mal. Y halló que el género y la estructura se adecuaban a la perfección a esta historia en particular de un hombre que se infiltra en una importante plantación para rescatar a su esposa. “Jamás podrá alcanzar los límites de pesadilla que fue en la realidad. Ni llegar a los límites de lo surrealista que fue en la vida real. Tampoco el nivel de atrocidad que tuvo en la vida real”, continúa Tarantino. “Es inimaginable el dolor y el sufrimiento que sufrió este país, y eso lo convertía en algo perfecto para ser interpretado en un spaghetti western. La realidad encaja dentro del mayor marco posible para esta historia”.

El productor Reginald Hudlin coincide en que la elección de género era poco convencional pero encajaba. “El cambiante tono moral, los rincones oscuros, la complejidad moral de Por un puñado de dólares (A Fistful Of Dollars) y de las películas de Corbucci fueron una gran influencia para la narrativa de Quentin. El profundo estudio de Quentin del género fue lo que inspiró la idea de combinar la historia del esclavo con la narrativa del spaghetti western lo que da por resultado una película nunca vista”.
El nombre “Django” resulta familiar para los seguidores del spaghetti western: el primer personaje que interpretó Franco Nero en 1966 fue en Django. Nero se unió a la producción para hacer un cameo en Django desencadenado.  “Me gusta evocar el título de Django por lo que significa para el spaghetti western y su mitología”, establece Tarantino. “Al mismo tiempo, existen unas 40 falsas secuelas de Django que tienen su propio lugar dentro de la historia del género. Estoy orgulloso de decir que somos una nueva edición de esas falsa secuelas de Django que no tienen nada que ver con él”.

Tarantino finalizó el guión el 26 de abril de 2011 y comenzó a compartirlo con amigos y compañeros de profesión. A medida que se acercaba el “día de su publicación”, los productores comenzaron a calentar máquinas para la producción. “En cuanto escuchas que Quentin está escribiendo en casa, ya estás un par de meses retrasado, así que tienes que empezar a llamar a los “jugadores”. Tienes que llamar a Jeff Dashnaw (coordinador de escenas de acción), y a Mark Ulano (mezclador de sonido), y a Heba Thorisdottir (jefe de departamento de maquillaje); tienes que llamarlos a todos y decirles que él está a punto. Y hay que hacer lo posible para que todo el mundo esté disponible, porque somos como una familia, hemos hecho tantísimas películas juntos que nos encanta trabajar juntos”, cuenta la productora Pilar Savone.

Con el guión terminado, Tarantino se dedicó a buscar a los actores para el reparto.  Samuel L. Jackson, que protagonizó para Tarantino Pulp Fiction y Jackie Brown, explica que su interés en Django desencadenado era doble: “Por una parte es parte de nuestra historia y generalmente ve la luz en versiones un poco edulcoradas y esta película no va por ese camino” explica Jackson. “Es siempre genial encontrar un personaje dentro de una de las historias de Quentin y dejarme envolver por él”.

Localizaciones de género

La producción comenzó el 28 de noviembre de 2011 en una localización muy conocida para los amantes del género del western: Melody Ranch, en Santa Clarita, California. Propiedad un día de Gene Autry, el pueblo del oeste fue utilizado en incontables películas clásicas y series de televisión, incluyendo Stagecoach, Solo ante el peligro (High Noon) y La ley del revólver (Gunsmoke).
Varias semanas de preparación fueron necesarias antes de que la producción pudiera trasladarse a Big Sky Ranch en Simi Valley, California, para rodar la secuencia en la que Spencer Bennett reúne a un grupo de secuaces para asaltar el carro de Schultz. Dadas las habilidades necesarias para una secuencia tan elaborada como ésta, Dashnaw buscó a los mejores jinetes que pudo y el resultado fue un grupo variopinto de varias generaciones compuesto por los más talentosos dobles que trabajan en la actualidad (en el vídeo del making of podéis apreciarlo). “Su ritmo fue impecable”, recuerda Dashnaw. “Teníamos jóvenes desde 19 a hombres de 55 años en esa toma. El nivel de todos era altísimo. Fue muy gratificante porque había tres generaciones de dobles, desde abuelos a padres e hijos, todos estaban allí”.

Después de la etapa en Melody Ranch y Big Sky, la producción se movió a unos 320 kilómetros al norte a Lone Pine en California, justo en las inmediaciones de Death Valley. El último refugio (High Sierra), Conspiración de silencio (Bad Day At Black Rock) e Incidente en Ox Bow (The Ox-Bow Incident) son solo algunas de las cientos de películas que han utilizado Lone Pine de Alabama Hills como telón de fondo.
Lone Pine era lo suficientemente frío como para dar el efecto de temperatura gélida que Tarantino deseaba reflejar. “Era muy pero muy importante para Quentin porque cree en la magia de los efectos creados sin CGI y del impacto de la magia del cine en la gente. Fuimos hasta allí para rodar la escena de apertura de la película y tuvimos a un asistente de producción para que se asegurara de que se podía ver el vaho de la respiración, que hiciera el frío y la humedad suficiente”, recuerda Stacey Sher.  
Debido a la falta de nieve en Mammoth, California, la producción realizó una reubicación de última hora a Jackson, Wyoming, donde los Grand Tetons fueron el telón de fondo para las escenas invernales. El diseñador artístico Michael Riva, quien lamentablemente falleció durante la producción del filme, explicaba que la falta de nieve resultó fortuita: “Tuvimos que desmontar por completo el decorado, ponerlo en un camión y enviarlo a Wyoming. Y fue bellísimo. Encontramos unas  localizaciones realmente estupendas, con ríos de vapor, colinas con toneladas de nieve y alces protegidos. Eso aumentó la escala de la película. Y comenzó a adquirir su dimensión épica”.

Personajes, caracterización y colores


La llegada de Don Johnson al reparto fue muy bien recibida. Foxx, que dio vida a Tubbs en Corrupción en Miami (Miami Vice) de Michael Mann, disfrutó enormemente de trabajar con el hombre que dio origen al personaje de Crocket. “Fue como ver una criatura mágica, como un unicornio. Aquí está Don Johnson”, reflexiona Foxx. “Fue una gran elección. Lo bordó por completo, y ninguno de esos personajes son queribles en muchos aspectos, porque se supone que no deben serlo”. 
En contraste con el traje azul aniñado de Django, el traje blanco de Johnson es una de las elecciones de vestuario más arriesgadas de la película. “A Jamie le fascinaba el traje”, cuenta la diseñadora de vestuario Sharen Davis. “En nuestra primera prueba de vestuario, estábamos intentando encontrar algo para su primer cambio: el traje del héroe; pero él estaba entusiasmado con el traje azul. Estaba en personaje. Era el mismo Django pensando: ‘¡Oh Dios! Tengo ropa nueva por primera vez en mi vida’. De verdad, era muy difícil lograr que se quitara el traje. Le encantaba”.

Las viviendas de los esclavos que se ven en la película también forman parte de Evergreen. “No se puede ir por ese sitio y que no se te escape alguna lágrima o sentirte indiferente”, musita Foxx en cuanto a la experiencia de rodar en la plantación. “Llevé a mis niños, uno de tres años y medio y el otro de 18 y los dejé que deambularan por allí. Y les dije: ‘De aquí es de donde venís’. Si lo que queríamos era meternos en la historia, sin duda ese era el sitio donde debíamos estar”.
Después del enfrentamiento de Django con los hermanos Brittle, la producción se trasladó a los exteriores de Candyland, los campos de caña de azúcar de Evergreen. “Nos decidimos por un área llana, un poco al estilo del pintor Andrew Wyeth, como en Días del cielo (Days Of Heaven). Muy simples, limpios, nada asfixiantes”, describió Riva.  “Creo que logramos nuestro objetivo al tenerlo allí en el centro. Y luego dejamos que todas las cosas malas fueran sucediendo en ese entorno”.

El interior de Candyland se rodó en un plató del Second Line Studio de Nueva Orleans. “Vi con claridad que el personaje de Leo era el demonio, por eso quería rodearlo de la mayor cantidad de rojos posible”, continuó Riva, describiendo el diseño de la plantación. “Para Django y Schultz –que para mí son como los héroes del western- elegimos los colores nicotina y los ámbar. Traté de mantener esos colores en cada decorado. Al final de la película todo se va oscureciendo, y las cosas son cada vez más rojas, la cosa se pone seria. No es muy complicado, pero me ayudó separar esos dos mundos en conflicto”.
Candyland es el núcleo de una poderosa organización hostil y tortuosa comandada por Calvin Candie. “Una de las cosas interesantes de Antebellum en el sur de Estados Unidos es el hecho de que si tenías esclavos eras como un equivalente de las grandes corporaciones de hoy”, opina Tarantino. “Entonces había grandes corporaciones, pero se trataba solo de familias”. 

Leonardo DiCaprio asumió su primer papel de verdadero villano al interpretar a Calvin Candie, dueño de Candyland, cuyo nombre se debe a su apellido. DiCaprio impactó al director, y el concepto del personaje de Tarantino cambió. “Empecé a imaginarme cuanto más fácil resultaría reconfigurar a este tío y transformarlo en un Calígula; un niño emperador”, explica Tarantino. “El padre del padre de su padre comenzó con el negocio del algodón y el padre de su padre lo continuó hasta convertirlo en rentable, y su padre aún más. Ahora, él es el cuarto Candie que se hace cargo del negocio del algodón y está aburrido. No le interesa nada el algodón, por eso se ha metido en el tema de las peleas de Mandingos. Es un niño príncipe petulante. Es Luis XIV en Versalles. Por eso me interesó jugar con esa idea, un Rey Luis XIV del sur de Estados Unidos. Candyland es una comunidad completamente cerrada de cerca de cerca de 100 kilómetros de extensión. Eso es un feudo. Tiene el poder de un rey: puede ejecutar gente o hacer cualquier cosa que le plazca”.
El Stephen de Samuel L. Jackson tal vez sea el que tiene la relación más complicada con Candie. “Una vez que comenzamos con las lecturas preliminares en Los Ángeles descubrí hacia dónde quería ir con el personaje, quién era y lo que quería yo que fuera”, se explaya Jackson acerca de Stephen. “Es una relación interesante la que hay entre Leo y yo y funciona muy bien en los mismos términos que la de Django con el Dr. Schultz. Nuestra relación casi hace sombra a la de ellos”.

Jackson trabajó con los diseñadores de maquillaje Allan Apone y Jake Garber para dar forma a la apariencia avejentada de Stephen. “Por suerte Quentin estuvo con nosotros y aguantó hasta que obtuvimos exactamente lo que buscábamos”, cuenta Jackson.  “Hicimos como siete u ocho pruebas de maquillaje hasta que llegamos a este resultado en particular”.
La producción realizó un último viaje a Los Ángeles para concluir con el rodaje el 24 de julio de 2012. “Ha sido una gran aventura”, asegura Washington. “Un día estábamos en Wyoming y a la semana siguiente estábamos en Luisiana y luego en Los Ángeles. Estábamos en todos lados, de la misma forma que el personaje atraviesa todo Estados Unidos para encontrar a su mujer. Creo que la aventura de hacer esta película, y la aventura en la que se embarca Django, son viajes épicos en nombre del amor, lo que creo es fantástico”.

Deslumbrante fotografía


La espectacular fotografía del Django desencadenado ha corrido a cargo de Robert Richardson, que ha ganado en tres ocasiones el Oscar a mejor fotografía por su trabajo, con la película histórica de Oliver Stone JFK, El aviador, de Martin Scorsese y más recientemente con La invención de Hugo, también de Scorsese. Richardson ha colaborado en numerosas ocasiones con estos dos directores, en títulos tan recordados como Casino, Al límite, Asesinos natos, The Doors, Nacido el cuatro de julio o Platoon, las últimas dos nominadas a los Oscar. 

En el impresionante número de películas en las que trabajó Richardson se incluyen, además, El hombre que susurraba a los caballos, El buen pastor, Ocho hombres , Algunos hombres buenos, y la próxima a estrenarse Guerra Mundial Z, dirigida por Marc Forster y protagonizada por Brad Pitt.

Django desencadenado es la cuarta colaboración de Richardson con el director Quentin Tarantino, con quien ya trabajó en Kill Bill Vol. 1 y 2, y en Malditos bastardos, que fue nominada a ocho Oscar incluyendo la mejor fotografía, mejor dirección y mejor película.

Unos exteriores épicos y unas escenas nocturnas cuidadas con absoluta maestría hacen de Django desencadenado un auténtico espectáculo visual.  Los planos están cuidados al detalle, tanto en las secuencias de acción, donde la coordinación con el equipo de efectos es clave, como en el resto del metraje.  En los interiores, de igual manera, la fotografía saca el máximo provecho de la también brillante dirección artística.

Richardson compite al Oscar a mejor fotografía con Claudio Miranda (La vida de Pi), Janusz Kaminski (Lincoln), Roger Deakins (Skyfall) y Seamus McGarvey (Anna Karenina).

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