El director de fotografía Tomàs Pladevall, Premio Gaudí de Honor Miquel Porter 2022
La Academia reconoce la trayectoria de un maestro de la luz, uno de los grandes directores de fotografía de la historia del cine catalán
La Junta de la Academia ha decidido otorgar el galardón de honor a un director de fotografía por primera vez en la historia de los Premios Gaudí “porque creemos que ya es hora de reconocer las profesiones del cine que comparten autoría y que contribuyen de forma determinante a la creación del lenguaje cinematográfico. La dirección de fotografía es uno de los oficios que más incide en la construcción del universo único y propio de cada cineasta y Tomàs Pladevall, ARTISTA en mayúsculas, ha sido capaz de crear un mundo propio de luz para cada uno de los directores y directoras con quien ha trabajado, todos ellos grandes nombres de la historia del cine en nuestro país”.
90 millones de fotogramas en cámara
Responsable de la fotografía de más de 90 millones de fotogramas en cámara, tal y como él mismo apunta, la extensa y exitosa carrera audiovisual de Tomàs Pladevall incluye trabajos con cineastas tan diversos como Francesc Bellmunt, Pere Portabella, Bigas Luna, Jordi Cadena, Gonzalo Herralde, José Luis Guerín, Rosa Vergés, José María Forn, Ventura Pons, Carlos Benpar o Manuel Huerga. Aparte de más de cincuenta largometrajes, ha fotografiado unos setenta producciones para televisión (películas, capítulos de series y miniseries), más de 400 producciones cortas (cortometrajes de ficción y documentales, reportajes, vídeo industrial y spots publicitarios) y decenas de obras de teatro, conciertos y espectáculos en vivo. En su currículo también destaca la dirección de iluminación de las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992.
El reconocimiento de la Academia del Cine Catalán se añade al Premio Sant Jordi de Cinematografía 1999, a dos Premios de la Generalidad de Cataluña al Mejor Técnico del Año (1986 y 1987) o al Prisma de Honor 2013 del AEC, la asociación española de directores de fotografía, entre otros galardones.
Hasta la fecha, han sido reconocidos con el Premio Gaudí de Honor-Miquel Porter Jaime Camino (2009), Josep Maria Forn (2010), Jordi Dauder (2011), Pere Portabella (2012), Montserrat Carulla (2013), Julieta Serrano ( 2014), Ventura Pons (2015), Rosa Maria Sardà (2016), Josep Maria Pou (2017), Mercedes Sampietro (2018), Joan Pera (2019), Francesc Betriu (2020) y Carme Elías (2021).
Equipo de cámara en «Le Thuit», de izquierda a derecha: Teresa Burgos, Tomàs Pladevall, Álex Gaultier y Javier Arrontes.
Un hombre de cine
Tomàs Pladevall Fontanet (Sabadell, 1946) realizó estudios de Ingeniería Técnica y Diseño Industrial y es diplomado como Director de Fotografía por la Escuela Oficial de Cinematografía de Madrid (EOC) en 1972. Sus primeras experiencias con una cámara se remontan en su niñez, gracias a la afición de su padre ya la gran tradición de cine amateur en Cataluña. Amigo de adolescencia del después cineasta Francesc Bellmunt, en 1963 crearon la productora amateur “Lentiplastic cromocoli selecto serpentigraf”, y su primera película fue Cosas que pasan. Como Pladevall recuerda, se jugaron a cara o cree quien firmaría como director y quien como director de fotografía.
Ya de forma profesional, y también de la mano de Bellmunt, rodó su primer largometraje, «Robin Hood nunca muere» (1974), y juntos trabajaron en títulos como «Canet Rock» (1976), «La nueva canción» (1976), «L’ orgía» (1978) o «Salut i força al canut» (1979), entre otros muchos. Pladevall ha sido también el director de fotografía de referencia de varios cineastas del país: con Ventura Pons colaboró en «El vicario de Olot» (1981), «La rubia del bar» (1986) y «Actrius» (1996); con Carles Mira hizo «Karnaval» (1985), «Daniya, jardín del harén» (1987) y «El rey del mambo» (1989); con Pere Portabella filmó «La cena» (1974), «Puente de Varsovia» (1989) o «El silencio antes de Bach» (2007); con Romà Guardiet rodó «Solitud» (1990) y «El sueño de Maureen» (1994); con Jesús Garay hizo las producciones para televisión «Un amor claroscuro» (1996), «Desde el balcón» (2000), «Hermanas de sangre» (2001) y «La Mari» (2002) y con Carlos Benpar trabajó en «El jovencito Drácula» (1976), «Cineastas contra magnates» (2005), «Cineastas en acción» (2005) y «El género femenino» (2011).
Dos de sus trabajos más analizados, sobre todo por el tratamiento aplicado a la imagen emulando grabaciones antiguas, fueron las direcciones de fotografía de Gaudí (1989), de Manuel Huerga, con quien después colaboraría en las ceremonias de los Juegos Olímpicos de Barcelona, y de «Tren de sombras» (1996), dirigida por su buen amigo José Luis Guerín.
También fue director de fotografía de películas como las casi inéditas obras de José María Nunes «Iconockaut» (1975) y «Autopista A27» (1976), «La oscura historia de la prima Montse» (Jordi Cadena, 1977), «Raza, el espíritu de Franco» (Gonzalo Herralde, 1977), «La vieja memoria» (Jaime Camino, 1977), «Tatuaje» (Bigas Luna, 1976), «Bar-Cel-Ona» (Ferran Llagostera, 1986), «Sauna» (Andreu Martín, 1989), «Pareja de tres» (Antoni Verdaguer, 1995), «Tic taco» (Rosa Vergés, 1997), «Leo» (José Luis Borau, 1997), «El pianista» (Mario Gas, 1997), «Subjúdice» (Josep Maria Forn, 1997), «La otra cara de la Luna» (Lluís Josep Comeron, 1999), «La silla» (Julio D. Wallovits, 2006) o «Viaje mágico a África» (Jordi Llompart, 2010), largometraje infantil para IMAX 3D y cines digitales estereoscópicos.
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Docencia, experimentación y activismo cinematográfico
Retirado de los rodajes desde 2012, después de su último filme, El género femenino, Tomàs Pladevall ha mantenido una comprometida trayectoria como docente en diversas universidades y escuelas, entre las que destaca la ESCAC, donde impulsó el Máster internacional de dirección de fotografía.
Maestro de la luz y las sombras, Pladevall ha dedicado muchos años al estudio y experimentación con todos los formatos fotoquímicos y digitales (fue pionero en documentales con las primeras cámaras HD de Sony y Philips), incluyendo el 3D para a grandes pantallas. En 1984 publicó el diccionario Terminología del Vídeo (en catalán, castellano e inglés), y sigue trabajando en estudios sobre la iluminación, el encuadre, el color, la percepción visual y aspectos estilísticos y lingüísticos del oficio .
Posiblemente de su experiencia de juventud como ayudante de cabina en los Cines Imperial de Sabadell le viene el interés por la conservación y restauración de películas, ámbito en el que ha trabajado en los archivos de la Filmoteca de Catalunya, donde también asesora desde 2004 sobre formatos y estética de cualquier etapa de la cinematografía en soportes fotoquímicos y digitales.
De los años en la cabina de los Imperial también le queda el conocimiento de primera mano de la censura y un fuerte activismo cinematográfico, que le llevó ya en los años sesenta a organizar proyecciones clandestinas (la más mítica, la de Viridiana, de Buñuel, en 1966 ) y más tarde, los noventa, a impulsar y liderar la campaña ciudadana “El imperial lo vale”, gracias a la cual se salvó la mítica sala de cine sabadellense, una de las únicas 13 salas centenarias todavía activas en Cataluña que la Academia homenajeó en el 2020.
Hoy en día Pladevall sigue organizando sus archivos profesionales, analógicos y digitales, en parte ya depositados en la Filmoteca catalana y en el Museo de las Artes Escénicas de Barcelona, y acaba de ser el protagonista de un documental sobre su figura, «De sombras», dirigido y fotografiado por Joan Tisminetzky y premiado en la última edición Festival Internacional de Cine de Xixón. Se podrá ver el 25 y el 27 de febrero en la Filmoteca de Catalunya.
En Camera & Light #111 puedes leer un artículo en profundidad sobre el trabajo de Pladevall.