El premio Lifetime Achievement de Camerimage 2020 será para Philippe Rousselot
La 28a edición del festival se celebrará entre el 14 y el 21 de noviembre de 2020
Desde el inicio del festival en 1993, el premio Camerimage Lifetime Achievement Award ha sido la distinción más importante otorgada por el Festival Internacional de Cine. Este año, durante la 28a edición del festival, se presentará a un director de fotografía increíblemente versátil cuyo trabajo abarca una amplia variedad de géneros y estilos. Ha rodado películas artísticas europeas independientes así como éxitos de taquilla de Hollywood visualmente impresionantes. Ha trabajado en horrores góticos e imaginativos cuentos de fantasía, ha fotografiado conmovedores dramas judiciales y pequeñas comedias encantadoras. Su pasión y devoción por el arte de las imágenes en movimiento han transportado a las audiencias de todo el mundo a épocas pasadas e inspirado a los espectadores de diferentes continentes a pensar en emocionantes versiones alternativas de nuestra realidad existente. Ha colaborado con cineastas como Robert Redford, Tim Burton, Guy Ritchie, Stephen Frears, Patrice Chéreau, Neil Jordan, Shane Black, Miloš Forman, David Yates, Denzel Washington y Jean-Jacques Annaud. Fue nominado a varios premios cinematográficos y ganó un Oscar, un premio BAFTA y tres premios César. Nosotros tuvimos el honor de conocerle y entrevistarle hace dos años (ver Camera & Light #101)
Philippe Rousselot, foto del archivo privado de Philippe Rousselot
Antes de que Philippe Rousselot comenzara a ascender a nivel profesional, de niño había sido un fanático del cine. Estaba fascinado con obras maestras de Jean Cocteau, Sergei Eisentein, Federico Fellini, Fritz Lang, Ingmar Bergman, Kenji Mizoguchi y otros. Durante sus estudios en l’École Louis Lumière, a menudo visitaba el Louvre para admirar y absorber la forma en que los maestros de la pintura habían utilizado la luz, el color y la sombra para producir el impacto visual deseado. Cuando se graduó en 1966, junto con sus compañeros cineastas Eduardo Serra y Noël Very, Philippe Rousselot se encontró bajo las alas protectoras del afamado director de fotografía Néstor Almendros. Comenzó como su asistente, y luego continuó hasta convertirse en operador de cámara. Cuando surgió la oportunidad de graduarse para director de fotografía, no lo dudó y debutó con Le Clair de terre de Guy Giles.
Era 1970, pero Philipe Rousselot tuvo que esperar una docena de años para que despegara su carrera internacional. Así ocurrió con Diva (1982) de Jean-Jacques Beineix, por la que el director de fotografía recibió su primer premio César. Menos de dos años después, estaba filmando Les voleurs de la nuit de Samuel Fuller y comenzaba su aventura con el cine de habla inglesa con películas como Nemo de Arnaud Sélignac y The Emerald Forest de John Boorman.
Fotograma de «Diva»
Fotograma de «The Emerald Forest»
Incluso por aquel entonces, ya era evidente que Philippe Rousselot está más cómodo cuando se enfrenta a nuevos desafíos que resolver, mientras que la rutina y la repeticióm simplemente no es algo que tenga en el ADN de su cine. El director de fotografía ha explicado muchas veces durante las entrevistas que nunca se negaría a trabajar con un director con el que ya ha establecido una buena relación, pero que personalmente anhela nuevos esfuerzos para mantener una perspectiva fresca y una mente aguda. Como ejemplo, entre 1987 y 1990, Philippe Rousselot filmó películas tan divergentes como la aventura familiar de Jean-Jacques Annaud, El oso, el drama erótico de Bertrand Blier Trop belle pour toi, el drama de Stephen Frears Amistades peligrosas, la comedia de Neil Jordan No Angels, el drama bélico Hope and Glory de John Boorman y la controvertida película biográfica de Philip Kaufman Henry & June.
Por su trabajo en Hope and Glory y Henry & June, Philippe Rousselot fue nominado a un Premio de la Academia, aunque lo recibió solo con su tercera nominación, por la encantadora y sentimental A River Runs Through It (El río de la vida) de Robert Redford. Los años siguientes trajeron al director de fotografía algunos desafíos novedosos, como la magnífica Entrevista con el vampiro de Neil Jordan, La Reine Margot de Patrice Chéreau y El escándalo de Larry Flynt de Miloš Forman.
Fotograma de «Amistades peligrosas»
Unos años más tarde, Philippe Rousselot se unió a Tim Burton en el set del remake de El planeta de los simios (2000), de gran presupuesto, y aunque la película finalmente recibió críticas en su mayoría tibias, el director de fotografía demostró ser más que experto en manejar la presión de dirigir su departamento en una película llena de maquillaje y efectos visuales innovadores. Cuando un par de años más tarde, en 2005, trabajó con Burton en otro rodaje a gran escala en Charlie y la fábrica de chocolate (aunque los dos también habían filmado Big Fish antes), Philippe Rousselot se volvió aún más seguro y capaz de traer imágenes de gran presupuesto a otro nivel con su uso de luz, sombra, color y composición.
Esto también ocurre con el director Guy Ritchie en Sherlock Holmes de 2009 y Sherlock Holmes: A Game of Shadows de 2011. En ambas películas, Philippe Rousselot infundió la visión distintiva del Londres victoriano steampunk con una serie de composiciones memorables y algunos trucos visuales impresionantes. El director de fotografía se sintió tan confiado en su enfoque del género del espectáculo de Hollywood que aceptó el trabajo de filmar las dos primeras partes de otra serie importante, Animales fantásticos y dónde encontrarlos y Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald. En ambas películas, él y el director David Yates lograron algo que parecía imposible: redefinieron visualmente el universo cinematográfico de Harry Potter. Mientras tanto, Philippe Rousselot filmó The Nice Guys de Shane Black, su primer largometraje filmado en su totalidad con cámaras digitales.
Fotograma de «El planeta de los simios»
Philippe Rousselot ha tenido una carrera larga y fructífera durante la cual ha colaborado con varios directores talentosos, aunque nunca ha rodado la misma película dos veces. Siempre estuvo -y sigue- buscando nuevas formas de expresión artística, y le gusta experimentar con la tecnología para sorprender al espectador. A veces con una hermosa toma lírica a plena luz del sol, y a veces con una escena filmada casi en su totalidad en la oscuridad, algo que nunca ha temido en su trabajo. A pesar de que su debut como director El beso de la serpiente (1997) recibió muy buenas críticas y compitió por la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes, Philippe Rousselot se mantuvo fiel a su amada profesión.