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Entrevista a Rachel Morrison ASC

08/03/2019

Visibilidad, coherencia y activismo

Autora: Nadia McGowan

No siendo un referente histórico, sin duda es una de las mejores exponentes del rol que puede ocupar la mujer en la profesión, si le dejan, y no solo por lo que significa ser la primera mujer nominada a un Premio Oscar a Mejor Fotografía, sino también por la coherencia de su trayectoria profesional y por su activismo en redes sociales, aprovechando al máximo su visibilidad en pos de la lucha por la equidad de género. 

ENTREVISTA A RACHEL MORRISON ASC, DIRECTORA DE FOTOGRAFÍA

¿Por qué decidiste ser directora de fotografía?

Empecé con la fotografía muy joven y siempre me ha encantado. Siempre he sentido que la cámara y las ópticas son una extensión de mi cuerpo. En algún momento a inicios del instituto, alrededor de los doce o trece años, me interesé mucho por el cine. Me dirigí hacia esto sin saber realmente que había un trabajo donde se podían tomar veinticuatro fotografías por segundo. 

¿Tienes referentes femeninos?

Sin duda, hay cientos de películas que me han influenciado y por supuesto que hay mujeres en ellas. Sin mujeres como Ellen Kuras, Nancy Schreiber, Sandi Sissle y Amy Vincent, ni siquiera hubiera sabido que teníamos esta posibilidad.

¿Sentiste en algún momento que ser mujer era un lastre para tu carrera?

Sí y no. Creo que hubo momentos en que ayudó a mi carrera. Siempre he intentado centrarme en la parte positiva de las cosas, y lo positivo es que conseguía destacar, era memorable sin siquiera intentarlo, precisamente porque éramos tan pocas. Cuando entrevistan a diez personas para un trabajo y sólo una es mujer, creo que, de alguna manera, te da una ventaja natural. Diría que me ha ayudado más de lo que me ha perjudicado. 

Sí he notado que, cuando se llega a proyectos de mayor presupuesto, no me llaman tanto como a mis compañeros. Conforme empecé a obtener más y más éxitos en Sundance, veía que a otros los llamaban los estudios tras una película, mientras que yo había tenido varias galardonadas y no había recibido ninguna de esas llamadas. No puedes evitar preguntarte si el género tiene que ver con ello, pero a la hora de la verdad esas conversaciones se tienen a puertas cerradas y nunca puedes saber por qué no suena el teléfono. En general, diría que ser mujer me ha supuesto una ventaja.

¿Crees que tu vida personal ha afectado a tu vida laboral? Por cierto, enhorabuena por tu embarazo.

Estoy literalmente a punto de explotar en cualquier momento. Estoy intentando que se quede dentro mientas acabo una ‘publi’, pero estoy a punto. 

No creo que me haya afectado, aunque quizá sí he perdido un par de oportunidades. Renuncié a mucho cuanto tuve mi primer hijo. En ese momento, me ofrecieron Creed (Ryan Coogler, 2015), que hubiera sido mi primera película de estudio. Resultó que cuando cerraron fechas, iban a rodar de enero a marzo, y mi hijo iba a venir en febrero. Por desgracia, especialmente al ser mi primera película de ese tipo, era imposible que el estudio accediera. No sé si hubiera querido, es un poco absurdo tener un bebé a mitad rodaje. Hubo otra película, que era de otra sensibilidad, que se suponía que iba a rodar justo después de tener a mi hijo. Creo que el director se asustó de lo cerca que estaba el nacimiento. Esa película pasó a ser nominada a varios Oscars. En ese momento, pensé que había sido un gran revés, pero, obviamente, Ryan me llamó de todas formas para rodar Black Panther e hice otros trabajos nominados a Oscars. Creo que tuve suerte pero, al final, no me perjudicó. 

Esta vez tengo una sensación diferente, no sé si es porque tengo una carrera más establecida. No he perdido trabajos por el embarazo, he tenido ofertas increíbles. Hay una película que se iba a rodar en la ciudad [de Los Ángeles], la historia de la caída de Roger Ailes, con Charlize Theron, Nicole Kidman y Marbot Robbie. No podían haber sido más amables. Querían contratarme, estaban dispuestos a cambiar las fechas de rodaje para que pudiera tener al bebé en preproducción, tener un tráiler para darle el pecho. Estaban conmigo al cien por cien. Dije sí un lunes y les volví a llamar el jueves, porque me parecía demasiado. No es por la parte física, estaba rodando un largometraje hasta hace tres semanas, pero no he visto mucho a mi hijo este verano. Simplemente quiero estar ahí para él cuando este nuevo ser venga y vuelva su mundo del revés, en vez de estar fuera trece horas al día durante los próximos meses. Creo que tras mi primer hijo me di cuenta que las oportunidades laborales vienen y van y vuelven otra vez. Si esta película no sucede, ya vendrá otra cosa. Tengo más confianza en que todo saldrá bien. 

Mi familia es tan importante para mí que cualquier pequeño sacrifico en mi carrera merece la pena. Sabía que quería tener hijos, pero ha sido diez veces más gratificante de lo que creía. De alguna manera, hace falta rodar todo lo que te llega para continuar en la industria, pero a la vez creo que esto me equilibra y me motiva para esforzarme más en mi trabajo. Me mantiene cuerda. 

Durante el rodaje de Black Panther

 

Con tu nominación al Oscar, muchas mujeres te citan como un referente clave del cambio. ¿Qué te parece el papel en que te pone esto?

Como directora de fotografía, siempre he preferido estar detrás de las cámaras. Creo que hay gente a la que le gusta ser el centro de atención y esos son los que tienden a convertirse en actores o directores. No estoy acostumbrada a hablar con la prensa, salir en revistas ni tener mi cara en carteles sin siquiera saberlo. Creo que me ha hecho darme cuenta lo mucho que hacía falta por la cantidad de esperanza e inspiración que mi visibilidad ha causado. Incluso este post que publiqué hace unas semanas sobre trabajar embarazada tuvo una repercusión que no me esperaba. Lo envié a las seis de la mañana, camino al trabajo, y no me di cuenta de que iba a extenderse como lo hizo. Lo que eso me dijo fue que era una discusión que necesitábamos tener, no sólo por las operadoras sino por todas las mujeres en cualquier cuadrante de la industria. Parece ser que ha sido un tabú durante tanto tiempo que nadie hablaba de ello. Yo ahora mismo estoy dilatada tres centímetros, intentando acabar una ‘publi’ antes de que el bebé llegue, ¡y me encuentro genial! Este no es en absoluto el caso de todo el mundo. 

Creo que estoy utilizando la visibilidad para producir cambios, si puedo. He oído por parte de tantas operadoras y directoras de la generación anterior que tenían la sensación de que no podían tener hijos y carrera a la vez. Para las que hubieran querido tener hijos, era de lo que más se arrepentían. Algunas me han dicho esto entre lágrimas. Quiero que la gente sepa que si hay algo que quieren, no hay ninguna razón que les impida tener una familia y dedicarse a esto. El trabajo no sufre, esto quiero dejarlo claro. Habrá sacrificios, habrá momentos en que no puedas hacer una película porque vas a tener un bebé o porque no quieres perderte el cumpleaños de tu hijo, pero los sacrificios merecen la pena. La vida da muchas vueltas, vendrán otras oportunidades.

También nos parece muy importante el hecho de que ahora ruedas películas que todo el mundo ve. ¿Cómo eliges tus proyectos? ¿Continuarás rodando indies?

Siempre me han importado mucho las historias que cuento. A excepción de mis primeras películas, cuando sólo quería empezar, siempre he intentado elegir películas con mensaje. No hice Black Panther porque fuera un blockbuster, sino porque sabía que Ryan [Coogler] iba a utilizarla para contar algo importante. Me ofreció el proyecto cuando todavía no había guion, pero de inmediato pensé que iba a contar algo sobre la crisis de refugiados, sobre ser negro en América o en el mundo… así que me atrajo mucho.

Mi problema ahora mismo es que quiero rodar dramas grandes. Lo que siempre he querido hacer es rodar películas como Cadena perpetua (Frank Darabont / Roger Deakins, 1994) y Camino a la perdición (Sam Mendes / Conrad L. Hall, 2002), pero ya no se hacen películas así. En el mundo del largometraje ahora hay blockbusters e indies. He estado dejando pasar películas durante años porque muchas no tenían el mensaje que tiene Black Panther. El problema con estas películas pequeñas es que nunca tienes suficiente tiempo ni dinero, y se vuelve tanto un reto visual como un hándicap a la hora de mantener a lo que ahora es una familia de cuatro. 

Estoy en una disyuntiva, porque estos proyectos han desaparecido, los grandes dramas se han ido a la televisión, que no es algo que me haya planteado hacer. No es porque no sea buena, es porque amo la variedad de este trabajo. Me encantan los largometrajes, porque durante unos meses formamos una pequeña familia y luego sigues con algo totalmente diferente. En televisión, o ruedas el piloto y dejas tu trabajo a otro o te comprometes con la serie. Supongo que acabaré alternando proyectos, uno por estética y otro por criterios sociales, pero en estos momentos no tengo muy claro qué haré.

En el rodaje de Mudd

¿Crees que llegará pronto el momento en que seas sólo una directora de fotografía y no una mujer operadora? ¿O la primera nominada al Oscar?

Desde luego, espero que así sea. Lo que llevo mucho tiempo diciendo es que, a la hora de la verdad, somos directoras de fotografía que da la casualidad que son mujeres, pero no somos una subcategoría llamada “mujeres directoras de fotografía”. Creo que los números están creciendo exponencialmente y que la próxima generación estará mucho más poblada de mujeres, y tan pronto como dejemos de ser una anomalía, ya no se dirán cosas como “mujeres directoras de fotografía”.

¿Crees que la diversidad ayuda a producir mejores películas?

Totalmente, sin duda alguna. Lo que Ryan ha hecho muy bien es rodearse de personas muy diferentes y escucharlas. Esto es similar a lo que hacen los estudios cuando proyectan una película para ver la reacción de diferentes grupos de interés. Si puedes hacer eso durante la creación de la película, rodeándote de personas con opiniones diferentes, estás lanzando una red mayor y contando una historia más amplia que puede llamar a más personas. 

Algunas personas consideran que hay una línea muy fina entre alzar la voz y quejarse. Quizá ahora, tras tu nominación, sea el momento de dejar que el trabajo de las operadoras hable por sí mismo. ¿Crees que ya hemos llegado a ese punto?

Eso espero, creo que es un buen objetivo. Una de las cosas que me frustra, y Reed [Morano] también ha dicho lo mismo, es que cuando se entrevista a un hombre sobre su trabajo, sólo se habla de eso. Cuando se entrevista a una mujer sobre su trabajo, tiende a ser una parte sobre trabajo y nueve sobre cómo es ser mujer. Cuando el trabajo pueda hablar por sí mismo, será en beneficio de todos.

El American Film Institute ha empezado a dar cursos de dirección de fotografía sólo para mujeres. ¿Qué te parece?

Me pidieron si podía dar alguna clase cuando hicieron la sesión inaugural, pero estaba rodando y no pude. Creo que hasta que tengamos un terreno más igualado, todo lo que hagamos para que las mujeres se interesen y participen es estupendo. El momento en que perjudique a los hombres que quieran ser operadores, ya no hará falta. Mientras nuestros números sean abrumadoramente bajos y estemos poco representadas, creo que todo programa que anime a las mujeres a ser directoras de fotografía es parte de la solución hasta que, al final, se vuelva injusto y, en ese momento, ya no haga falta más.

¿Crees que hay un estilo diferente entre hombres y mujeres o que la mirada estética es independiente del género? 

Creo que cada persona tiene su estilo y aporta experiencias diferentes. Creo que hay hombres muy sensibles que saben cómo fotografiar una mujer sin convertirla en un objeto, y hombres que nunca lo han captado. Esto también es probablemente cierto de algunas mujeres. Creo que la maternidad me ha dado más herramientas. No quiero decir que las madres sean mejores directoras de fotografía, lo que quiero decir es que añade una experiencia más a las que utilizas para pintar. Al final, lo que hacemos es pintar con empatía. Es un poco entender las vidas de las personas que retratamos y llevar al espectador a ellas. Todas tus experiencias aportan algo, desde la maternidad hasta las drogas que te has metido. No es algo tan simple como el género, todo el mundo refleja su historia en su trabajo, pero no creo que las mujeres rueden de forma diferente a los hombres, cada uno tiene su forma de ver el mundo.

Y para representar tu forma de ver el mundo, ¿cuáles son tu cámara y ópticas favoritas?

Es diferente para cada proyecto. Tengo una cámara porque, durante mucho tiempo, si iba a rodar en digital, iba a ser con Alexa. Pero nunca compré ópticas porque, en la era digital, son una forma de distinguir una película de otra. Estoy fascinada e impresionada por el hecho de que Deakins pueda hacer tanto con las Master Primes como ha hecho. Si tuviera que comprometerme a usar un juego de ópticas en todas mis películas, me sentiría muy limitada. 

Amo el celuloide, siempre lo he hecho, pero creo que tiene sus desventajas. El rodaje que acabo de terminar era en 35mm. Iluminé una escena de cama por primera vez en cinco años. Tuve que pedir perdón a los actores por la cantidad de luz que puse, porque había mucha en comparación con lo que están acostumbrados. No estaban seguros de que fuera a ser lo bastante oscuro, pero apenas había bastante luz. Pero si pudiera rodar todo en negativo, probablemente lo haría, aunque para algunos proyectos no sea adecuado. Quería rodar Mudbound en celuloide pero no podíamos permitírnoslo. Me di cuenta de que ser capaz de iluminar con velas era una ventaja para el proyecto.

Últimamente uso mucho anamórfico, pero no encaja en todo. Recientemente he rodado varias películas de época y la serie C de Panavision era perfecta, pero seguramente no la usaría para algo contemporáneo.

¿Tienes algún consejo para las que quieran dedicarse a este oficio?

Mi mayor consejo es que intenten ser positivas y que busquen las formas en que ser mujer es una ventaja. Al estar poco representadas, aunque tal vez un día esto cambie, esto puede ser una ventaja. Quiere decir que destacas entre los demás y que traes contigo unas experiencias que no todo el mundo tiene. Creo que la industria en general requiere una cierta tenacidad, el éxito de la noche a la mañana les viene a muy pocos. Yo he tenido un ascenso más o menos rápido y han sido unos quince años. No es para débiles, vas a ser un artista hambriento durante mucho tiempo hasta que un día te des cuenta de que puedes pagar las facturas, y esto es así, seas hombre o mujer. Estar resentida no ayuda en nada, impide destacar, así que hay que intentar ser optimista mientras se cruza territorio potencialmente difícil. Siempre hay más cosas buenas que malas en el mundo.

¿Crees que tu nominación ayuda a mejorar la situación?

Sin duda. No sé si la nominación o Black Panther y su éxito, pero estoy oyendo a muchas mujeres decir que han recibido llamadas de estudios mucho antes de lo que lo hice yo, y eso es genial. En cuanto había dinero en un proyecto, el teléfono dejaba de sonar, y ya no parece ser el caso. Creo que esto ha ayudado en la transición de pequeñas películas a otras más grandes.

 

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