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Entrevistamos a Martín Urrea, premiado con el Bronze Tadpole en Camerimage 2017

29/11/2017

Galardón otorgado por el certamen polaco al cortometraje ‘Rocco’

Rocco cuenta la historia de Carlos, Luís y Rocco. Carlos se ve envuelto en una vorágine de violencia. Le dicen que Rocco, el perro de su hijo Luís, ha mordido al hijo de sus caseros. Sin saber exactamente qué ha pasado, Carlos va a tener que lidiar con unos padres cegados por la venganza, defendiendo a su hijo a toda costa, sin tener en cuenta las consecuencias. En una zona donde manda el más fuerte, Carlos va a aprender lo que realmente importa, la familia.

TRAILER cortometraje «ROCCO» (2016) from Gerard Nogueira on Vimeo.

Rocco es una adaptación totalmente extrema de una vivencia personal del director que experimentó hace ya unos años, convertida en la historia del cortometraje de graduación de la Escuela de Cine de Barcelona, con la que el también recién graduado director de fotografía Martín Urrea ganó el Renacuajo de Bronce en el 25ª Festival Camerimage hace tan solo dos semanas. Este galardón otorgado por un certamen de tales características sitúa el futuro de este joven operador, al que entrevistamos a continuación, en una prometedora situación.  

Has contado con un equipo formado por un segundo operador, dos ayudantes de cámara y dos auxiliares, por lo que suponemos que no operaste tú la cámara…

Al ser tan novel prefería contar con un operador y delegar esa responsabilidad, con el objetivo de poder tener una visión más de conjunto o con un poco más de perspectiva sobre el concepto fotográfico que estábamos trabajando, tanto desde luz como desde cámara. Roger Corredera, el operador de cámara, era compañero mío de clase, poco a poco hemos ido creciendo juntos, así que esa complicidad era clave para mí para poder darle ese cargo. El hecho de que aparezcan dos ayudantes de cámara y auxiliares en los títulos de crédito no es porque rodáramos con multicámara, fue por un tema de disponibilidad del equipo.

Alice Pellegrin, Roger Corredera y Artur Cruz

Se trata de una cámara muy nerviosa, muchos planos detalle y con un baile constante del foco en el interior de la casa. Explícanos cómo concebiste el trabajo de cámara junto al director.

Gerard Nogueira (foto inferior) es un director que ya concibe sus historias desde la mirada de la cámara, por lo que en ese sentido ya venía mucho dado de su parte. Aún así, teníamos un claro referente, Gomorra (2008- dir. Matteo Garrone, dop. Marco Onorato) del cual intentamos beber mucho de la forma y el estilo en el que se narra la historia, tanto a nivel de cámara como de luz. A partir de ahí, lo que hicimos fue analizar nuestra estructura y empezar a buscar cómo adaptar ese lenguaje a nuestra historia y cómo hacerlo evolucionar a través de ella. Algo que da como resultado esa cámara nerviosa, siempre cerca de los personajes e incluso un poco libre, siempre en pro de ellos.

Me gusta especialmente la planificación durante la persecución. Se podría esperar un seguimiento de los personajes, pero es la cámara la que se adelanta y les espera en su siguiente movimiento. ¿Usasteis algún estabilizador en estos planos?

Realmente la persecución era un poco más larga, había más planos rodados, pero por una cuestión de ritmo se decidió acortarla en montaje. Pero sí, se mantiene un poco esa premisa, que la cámara más que seguir a un personaje lo que intenta es cazarlos en esa huida.

No usamos ningún tipo de estabilización en todo el corto, excepto el plano final, todos los demás se rodaron con la cámara al hombro o en mano para los tiros más bajos.

La escena de la persecución, en concreto, tiene bastante tensión, sobre todo por lo que hemos visto hasta ese momento, todo es un in crescendo hasta el clímax, así que el lenguaje con la cámara lo jugamos de la misma forma, que acompañara esa tensión hasta el momento más álgido, donde una vez resuelto, sí que pusimos la cámara sobre trípode para cerrar el film.

¿Qué modelo de cámara has usado y con qué lentes la has vestido? 

El corto lo rodamos con una Alexa Classic. La mayor parte está rodado con las Zeiss Super Speed T1.3; la elección de este set fue por lo luminosas que son, que sobre todo nos venían muy bien para los interiores, para poder trabajar mejor las luces que poníamos y ser así más sutiles. Usamos el Angenieux Optimo Style 16-40 T2.8, para los planos con zoom in en los interiores, porque es una óptica pequeña y ligera, lo que nos daba mucha versatilidad en el set en el que rodábamos, que era realmente pequeño. Por último, en algún plano de exterior, por ejemplo, la presentación del personaje del padre o la persecución, en los que necesitábamos focales más largas, montamos un Cooke Varotal 25-250 T3.9.

En cuanto a las localizaciones, habéis rodado en interiores y exteriores naturales. ¿Dónde se produjo el rodaje?

Efectivamente, todos los sets son naturales y rodados en Barcelona, los exteriores entre los barrios de Horta y Vall d’hebron, mientras que las escenas de interior son en dos sets distintos; por un lado se rodó la cocina, y por otro el resto de la vivienda y la escalera, que se rodó en un piso en Sants.

La historia sucede de día y es bastante naturalista. ¿Qué esquema de iluminación has manejado?

Los esquemas que utilizamos eran realmente sencillos. Siempre buscábamos continuar la dirección de la luz natural que entraba al piso, y lo hacíamos desde el interior con aparatos de fluorescencia. Luego también hay algunas escenas donde la luz está totalmente recreada, mediante aparatos HMI, por ejemplo la conversación padre e hijo agachados en el suelo, o el rellano, pero siempre buscábamos la lógica de cómo la luz natural podría estar iluminando ese espacio e intentar buscar también la textura adecuada. Tampoco quisimos poner apliques o luces en cuadro, para que diese la sensación que toda la luz venía de fuera y así buscar, en ese sentido, una imagen más austera.

Por otro lado, la escena de la cocina no la iluminamos, la trabajamos buscando el negativo, es decir, en vez de añadir luces lo que hacíamos era controlar, con papel negro y porex en negativo, la que ya nos entraba por la ventana, que era del sol rebotado en una pared blanca de otro edificio que estaba muy cerca.

También has contado con un DIT. ¿Habéis hecho algún tipo de pre-etalonaje en el set, o solo se encargó de gestionar la data?

La figura del DIT estaba sólo para volcar, organizar los clips rodados, y para en algún momento dado poder hacer un playback de alguna escena de un día anterior o algún plano en concreto, ya que no contábamos con la figura de un video assist.

En este sentido, ¿cómo has trabajado el color? ¿lo acabaste en cámara o te has ido a la sala de color a cerrar esa paleta de marrones y ocres?

Uno de los conceptos principales que teníamos era conseguir una imagen muy contrastada, así que en ese aspecto, desde set ya sacábamos cosas muy orientadas a llegar a ese tipo de imagen. En cuanto a la paleta, trabajamos muy de la mano con el director de arte, Adrià Porta, para tener una imagen que de base fuese cromáticamente empastada; el color de la piel del niño con la madera en la cocina, el pelaje del perro… para a partir de ahí buscarle contraste de color añadiendo algunos elementos vivos, sobre todo rojos, que van apareciendo a lo largo de las escenas. Pero como bien dices, todo se acabó de cerrar y concretar en la sala de color, donde apretamos aún más la imagen y acabamos de darle esos tonos ocres a otras escenas que no lo tenían tan presente. La pospo se hizo en Antaviana Films, de quienes estamos súper agradecidos, por cómo recibieron el proyecto y porque además fue donde pudimos controlar cada aspecto de cada imagen hasta el último detalle y hasta estar totalmente satisfechos, y eso queda reflejado en el conjunto del resultado final.

 

Desde tu punto de vista, ¿qué es lo mejor y lo peor de este trabajo?

Lo que más me gusta es como ha quedado la escena en la cocina, sobre todo por como está rodada, en el sentido de que ejemplifica perfectamente que no hace falta hacer grandes esquemas para conseguir una imagen interesante, al final todo está condicionado por donde coloques la cámara. Creo que es algo que tiene mucho valor y muy a tener en cuenta en este tipo de proyectos y con el presupuesto que manejábamos.

Lo más díficil fue cómo plantear lumínicamente una escena que transcurre en el umbral entre el rellano y la puerta principal del piso, por ser un espacio que te limita mucho.

 

Has participado con este corto en el festival Camerimage, donde has ganado el renacuajo de bronce en la sección Student Etudes. Háblanos de tu experiencia en el certamen, cómo lo viviste y también del nivel del resto de trabajos seleccionados y ganadores.

Era mi primera vez en el festival, siempre había querido ir, así que ya te puedes hacer una idea del impacto que me causó el simple hecho de saber que nos habían seleccionado en una de sus competiciones. Como todas las primeras veces, se viven las cosas con mucha emoción y de forma muy intensa, más aún cuando estás en un lugar donde todo el mundo vibra con lo mismo y la pasión se puede respirar en el aire. Realmente ha sido una gran experiencia por los seminarios a los que asistí, las master classes, las proyecciones, absolutamente todo es merecedor de ser visto, pero sobre todo por los vínculos humanos y profesionales que vas estableciendo en todo momento. Es muy enriquecedor, desde todos los aspectos.

Yo no quise perder detalle de la competición en la que estábamos seleccionados, así que asistí a los cuatro pases, donde vi más de veinte cortometrajes nominados y quedé realmente sorprendido del nivel de los estudiantes de todas las escuelas de cine de alrededor del mundo; en ese momento me sentía muy orgulloso de que nuestro proyecto compartiera nominación con todos ellos, pero en ningún caso imaginaba que nos podríamos llevar algún premio. La sorpresa fue absoluta.


Puesto que este era el trabajo de graduación de la ESCAC, suponemos que ahora da comienzo tu vida profesional como DoP. ¿Algún proyecto a la vista?

Ahora a seguir creciendo poco a poco, porque aún queda un largo camino por recorrer. Hay algún proyecto a la vista, muy muy pequeño, que rodaremos a principios del año que viene, y esperemos que después vengan muchos más. 

 

ROCCO (2016) producido por ESCAC FILMS

Con: Nico Castañal, Josep Julien, Tamara Casellas y Jesús Lloveras

DIRECCIÓN: Gerard Nogueira

GUIÓN: Blai Domènech, Manuel Garrote y Gerard Nogueira

DIRECCIÓN DE PRODUCCIÓN: Helena Fernández

DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Martín Urrea

DIRECCIÓN DE ARTE: Adrià Porta

SONIDO: Victor Marin y Eloy Rodríguez

MONTAJE: Camila Musteikis

VFX: Sergi Rejat

Relación de aspecto: 2:39,1

Cámara: Alexa Classic

Ópticas: Optimo Style 16-40 T2.8, Zeiss Super Speed 1.3, Cooke Varotal 25-250 T3.9

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