Filmoteca Española programa la retrospectiva más exhaustiva dedicada en España a Agnès Varda
Durante los meses de marzo, abril y mayo de 2020
Hace 65 años, Agnès Varda, entonces fotógrafa sin experiencia en cine, dirigió La Pointe-Courte. Que esta película sea frecuentemente considerada como la obra inaugural de la Nouvelle Vague o, entre las perspectivas menos generosas, una precursora del movimiento, la convierten automáticamente en uno de los debuts cinematográficos más importantes de la historia. Y sin embargo, Varda, como cineasta y artista, no podía estar más lejos del carácter solemne, como escrito en piedra, que asociamos con los pioneros y los puntos de referencia históricos.
Aun proyectando una enorme influencia, su presencia en el medio ambiente cinéfilo estuvo teñida de una espontaneidad y una disponibilidad nada autoritarias. Su dirección en el 14e arrondisement de París era conocida y fácil de encontrar, algo quizá poco habitual, pero apropiado teniendo en cuenta la naturaleza de proximidad de sus películas (en 1976 centró el documental Daguerréotypes en el fragmento de la Rue Daguerre en el que vivía ella). En relación a la creación cinematográfica, prefería hablar de cinécriture que de “autoría”, intercambiando términos para enfatizar el proceso colaborativo; también apropiado, si hablamos de una artista que basaba su ideología y la razón de ser de su obra en la observación de los demás.
Dentro de la crítica enfocada a la autora, es de esperar que la mejor percepción esté en aquella que ha adoptado algunas de sus características como artista, y sea abierta, mutable y poco dogmática. Nunca es mal momento para reivindicar la revista Cléo, que durante seis años publicó textos sobre cine con una perspectiva feminista y fue uno de los ejemplos más lúcidos de la crítica independiente en Internet. Su nombre, por supuesto, está tomado de Cleo de 5 a 7 y uno de sus últimos números trata íntegramente sobre Agnès Varda.
Agnès Varda · De mars à mai
Desde la Biblioteca de Filmoteca Española ofrecen una contribución bibliográfica a los ciclos programados en el Cine Doré. Con forma de boletín mensual, estas publicaciones incluirán una bibliografía y un breve análisis de alguno de los textos que esta contiene.
Otra forma de escritura sobre cine que hemos destacado en este caso es la entrevista. Es menos frecuente encontrar conclusiones cerradas en una conversación que en un ensayo de autor único y, como hemos apuntado, una de las características de lo Vardiano es concebir el cine como conversación, o al menos como observación del otro. El número de Cléo contiene una, conducida por Kiva Reardon, que contiene una apología de la curiosidad; aunque quizá más interesante sea observar los contrastes, los paralelismos y el desarrollo de las respuestas de Varda a lo largo del tiempo.
Entre las entrevistas listadas, encontramos un material tan inesperado como la que realiza Esteve Riambau para el Journal of Film Preservation. En este caso, el centro de interés no es la obra de Varda como directora de cine, sino como colaboradora en la preservación y restauración de películas. Esta labor, que la acerca al trabajo de las filmotecas, sigue expandiendo las facetas de curiosidad y compromiso que caracterizaban a la directora, además de la variedad de experiencias posibles que existen en relación al cine.
Programa de la retrospectiva aquí.