Hoy se estrena ‘Rita’, la opera prima de Paz Vega fotografiada por Eva Díaz
Entrevistamos a la directora de fotografía en la revista Camera & Light de octubre
El debut en la dirección de Paz Vega se estrena en cines este viernes tras su estreno mundial en el Festival de Locarno y su estreno español en la 69 edición de la SEMINCI. Vega, que escribe, dirige y también es productora ejecutiva de Rita, nos cuenta en su opera prima una dolorosa historia ambientada en la Sevilla de los años 80 que parece traída de sus memorias y donde, además, interpreta a la madre de Rita, una niña que con solo siete años siente el peso soportado por su progenitora y la demasiado temprana responsabilidad de proteger a su hermano ante la dependencia emocional y económica a un padre autoritario. La directora de fotografía Eva Díaz Iglesias (AEC) acompañó a Paz Vega en este viaje a la infancia en la sociedad -con todas sus sombras- de la España post franquista.
Recién llegada del set de rodaje de Días de caza, película dirigida por Pedro Aguilera que cuenta con la producción ejecutiva de Ana Saura, nos encontramos con la directora de fotografía Eva Díaz (AEC) para comentar su trabajo en la opera prima de Paz Vega, en el que destaca la exquisita aproximación estética a la Sevilla de los años 80.
«Marta Velasco, con quien había rodado Como dios manda (Paz Jiménez, 2023) me presentó a Paz [Vega]», nos cuenta la directora de fotografía. «En seguida nos entendimos y fue muy fácil empezar a trabajar juntas. Ella es una persona muy entusiasta y colaboradora, todo el rato está proponiendo cosas a la vez que escucha. Estuvimos trabajando bastante tiempo desde la distancia –ella estaba entonces en República Dominicana- y nos encontramos para la preparación y las localizaciones artísticas».
Acerca del guion, aunque tras el visionado, cualquiera diría que Paz Vega está contando una historia personal de su infancia, Eva Díaz lo desmiente: «Ella nunca nos dijo que lo fuera, aunque es verdad que durante el rodaje se vivieron momentos muy especiales con la niña, Sofía Allepuz [Rita], como si Paz estuviera narrando su infancia. Al final, la película cuenta la infancia de toda una generación».
Para encontrar el universo visual de la película, Paz compartió con la cinefotógrafa muchísimas referencias, como un documental que se llama Una casa hecha de astillas (Simon Lereng Wilmont, 2022), que trata sobre niños abandonados. «Convenimos en que la altura de cámara siempre debía estar a la altura de la niña y en cerrar el cuadro sobre ella, tener muy poca profundidad de campo; porque, en realidad, lo que nos interesaba era poder transmitir los pensamientos de Rita», nos explica Eva. «Paz es una persona hiperactiva, y compartía muchísimo feedback todo el tiempo. A veces hablábamos de sensaciones o, como estábamos lejos, si yo me iba a una exposición y veía algo que me gustaba, le mandaba una foto y eso desencadenaba decenas de mensajes suyos. Ella tenía las ideas muy claras, y aunque a veces no sabía explicar muy bien lo que quería, sí explicaba perfectamente lo que no quería. Por tanto, las premisas fueron la poca profundidad de campo, estar siempre con Rita y tener una altura de cámara que permitiera ver a los mayores un poco contrapicados».
Además, respecto a la elección del formato cuadrado, Eva aclara que «Paz quería estar solo con la niña y yo le propuse la relación de aspecto 1.66:1 y, aunque hubo un momento en que trabajamos así, ella después vio el full frame y le gustó. Como el 3:2 era un poco complicado para proyectar, nos fuimos a lo más parecido, el 4:3. Además, Paz quería aire por arriba de los niños para que se vieran partes de los mayores. Por ejemplo, vemos a la niña y después se ve la mano de la madre que se acerca y la toca».
La directora de fotografía recurre a una luz narrativa, donde los interiores están en penumbra y los exteriores, propios del verano en el sur, son muy brillantes y soleados. «A nivel conceptual, la idea era que los interiores estuvieran en penumbra, porque así son las casas en Sevilla cuando bajas la persiana y entra poca luz: luces altas entrando, bastante contraluz, mucho contraste; incluso hay algunas escenas con humo para dar un poco más de ambiente», confirma Eva. «La idea en muchos casos era poner las luces fuera, con muy poquito relleno dentro e intentando trabajar con aparatos grandes. Para los momentos cálidos usé tungsteno. Además, la intención era aprovechar toda la luz natural que pudiera para hacer los rellenos».
Lee la entrevista completa en la revista de este mes, donde Eva nos hace un deconstructing de algunas secuencias y nos desvela por qué eligió la cámara Arri Alexa Mini LF y ópticas Zeiss Supreme Radiance para fotografiar esta película.