‘La ermita’, de Carlota Pereda, tendrá su première mundial en el Festival de Sitges
El film está protagonizado por Belén Rueda y cuenta con Rita Noriega como directora de fotografía
Emma (Maia Zaitegi) quiere aprender a comunicarse con el espíritu de una niña que lleva siglos atrapada en la ermita de su pueblo. Intenta convencer a Carol (Belén Rueda), una incrédula y falsa médium, para que le enseñe a hablar con fantasmas. Su ayuda será el único camino para seguir unida a su madre enferma cuando ella muera. Si Carol no la protege, la vida de Emma correrá peligro
“Es un honor participar en esta 56ª edición de mi festival favorito del mundo, aquel que se siente como casa. Los años empiezan en Sitges y no veo mejor comienzo que entrelazar el camino de mi segunda película a la historia de un festival que, edición tras edición enciende vocaciones y demuestra por qué es el más prestigioso del género y del cine en mayúsculas”, ha declarado Carlota Pereda, tras conocer la selección de su segundo largometraje en la Sección Oficial del Festival.
Coescrita por la propia directora junto a Albert Bertran Bas y Carmelo Viera, ‘La ermita’ está protagonizada por Belén Rueda, quien vuelve al cine de género poniéndose en la piel de una falsa médium atormentada por su pasado, y Maia Zaitegi, que debuta en la interpretación con tan solo ocho años. La dirección de fotografía es obra de Rita Noriega, quien rodó la película con dos cámaras Sony Venice y ópticas Anamórficas Hawk V-lite + zoom Fujinon Premista y Cabrio.
Producida por Laura Fernández Brites y Carlos Fernández para Filmax, en coproducción con Iñaki Gómez y Pablo Echart para Bixagu Entertainment, ‘La ermita’ es un drama sobrenatural en el que la particular mirada de su directora consigue trascender el cine de género explorando temas como el amor maternofilial, la muerte, los fantasmas o la reconciliación con nosotros mismos y con los que nos rodean.
En ‘La ermita’, el paisaje, los escenarios naturales de El País Vasco y Navarra, y la atmósfera han sido un personaje más para su directora a la hora de recrear la fábula inspirada en los “hombres pájaro”, los médicos de la peste del siglo XVII que vivían completamente aislados, ocultos bajo inquietantes máscaras y portaban afiladas varas para defenderse de los pacientes y evitar contagiarse.