Los nominados al Goya a Mejor Fotografía debaten sobre el futuro de la tecnología
El encuentro se produjo este jueves en la Academia de Cine
De izquierda a derecha, Carlos del Amor, Gris Jordana, Pau Esteve Birba y José Luis Alcaine
Una Sala de Proyecciones de la Academia a rebosar de un público deseoso de escuchar a los nominados de este año al premio Goya a mejor dirección de fotografía.
El encuentro estuvo patrocinado por Samsung, con la participación de Sergio Larraz, responsable técnico del fabricante, y estaba centrado en los retos que la tecnología presenta para el trabajo de los directores de fotografía, sobre todo en las diferencias que existen entre la proyección cinematográfica y el visionado en una pantalla de televisión, algo que supera ya con creces al cine desde la pandemia y la llegada de las plataformas de streaming. ¿Qué ocurre cuando un director de fotografía, acostumbrado a producir contenidos para la gran pantalla, debe empezar a hacerlo para TV?
«Nosotros rodamos y etalonamos pensando en las pantallas de cine», explicaba Pau Esteve Birba. «Pero la película se ve muchas veces solo una semana en cartelera, por lo que la mayoría de los espectadores la verán con luz emitida en lugar de con luz reflejada, y eso lo cambia todo: el brillo, el contraste… de donde nosotros venimos lo que gusta es la textura de la gran pantalla, pero posiblemente un día estas serán de LED, y las diferencias que ahora existen entre los dos tipos de pantalla se eliminarán o reducirán sensiblemente.»
«Pero nunca será lo mismo», respondía José Luis Alcaine. «Primero por el tamaño de la pantalla. La ves y la sientes de otra forma. Por otro lado, están la oscuridad del cine y la sensación de colectividad de la sala, que de algún modo contagia el estado de ánimo».
Para Sergio Larraz de Samsung, esto se debe ver no como una dificultad, sino como una oportunidad. «Debemos adaptarnos. ¿Vosotros qué hacéis cuando una escena tiene muy poca luz?», preguntaba a los DOPs. «Eso ya no existe», decía Alcaine. «Las escenas con poca luz ya no existen».
Para Gris Jordana, la experiencia de un televisor es inigualable a la de un proyector, incluso a nivel doméstico. «Más allá de los avances tecnológicos, lo más importante es intentar mantener el enfoque estético que se ha querido conseguir en la realización de una película».
Carlos del Amor, moderador, ponía paz: «Deberíamos encontrar el lugar de confluencia entre la pantalla grande y la pequeña». Respecto al tema del tamaño de la pantalla, para Gris hay películas, como en el caso de Libertad de Clara Roquet, donde se atiende mucho al detalle, y si no estás atento a ellos te puedes perder muchas cosas, por lo que el tamaño es importante. «Pero lo que más me molesta es ver pantallas tan mal calibradas, donde nuestro trabajo desaparece. Fui hace poco a comprar un proyector, y el dependiente me decía que comprara una tele porque se ve mejor. ¿Pero qué es para ti mejor?, le contesté. Porque, para mí, más nítido no es mejor. De hecho, muchas veces la nitidez supone perder la atmósfera de la historia.»
De izquierda a derecha, Carlos del Amor, Gris Jordana, Pau Esteve Birba, José Luis Alcaine y Sergio Larraz
Según Larraz, uno de los beneficios de las televisiones es la capacidad del espectador de escoger distintos modos de visualización, como el modo Filmmakers para las TVs Samsung. Gris Jordana respondía: «Si yo me voy al Prado a ver Las Meninas, veré Las Meninas tal cuál fue concebida esta obra. ¿Qué tengo que elegir? Quizá lo importante en este sentido no es tanto la capacidad de elección como la educación de la mirada, para aprender a valorar cómo las películas están pensadas».
Estas diferencias entre formatos de exhibición se aprecian incluso en los tiempos de producción de las películas, sobre todo en la fase de corrección de color. «Si es para cine te dan tres semanas para etalonar, y si es para tele te dan cinco días». A mí en Libertad me decían que se veía demasiado oscuro. Pero yo no podía hacer un DCP pensando en proyectar en el cine de mi pueblo, sino en Cannes, que fue donde se presentó», sigue Gris.
«Es cierto que antes, con el negativo, esa diferencia entre salas era horrible», dice José Luis. «Las películas no se podían ver en esos cines de pueblo, porque las películas estaban estropeadas, las lentes de los proyectores y las pantallas sucias y encima el exhibidor en lugar de a 220V ponía la lámpara a 150V y se veía negra la película. Con la llegada del digital esto ha cambiado, porque los cines han tenido que renovar sus sistemas de proyección, por lo que se ha mejorado mucho y se han eliminado las diferencias entre salas. Del digital realmente no se puede uno quejar».
Preguntados por cómo ven el futuro de la tecnología, mientras para José Luis Alcaine las pantallas del futuro tendrán mucho más relieve, Pau Esteve Birba lamenta que el trabajo estético de las ficciones cinematográficas estará completamente influenciado por la realidad virtual, la estética del videojuego y la nitidez de las pantallas que ya nos está cambiando las miradas (sobre todo las de las nuevas generaciones, que perciben un extrañamiento al ver las películas antiguas, como si estas estuvieran desenfocadas).
Recordamos a quienes no pudieron asistir o se quedaron con ganas de más, que los cuatro nominados de este año están entrevistados sobre sus respectivos trabajos en Camera & Light 113 (José Luis Alcaine y Kiko de la Rica) y Camera & Light 114 (Gris Jordana y Pau Esteve Birba).