Pablo Rosso AEC sobre HDR en la ARRI Academy Master Class
Publicamos las conclusiones que escribió para Camera & Light edición 99
Fotografías por David Matt
Por parte de ARRI, presentando la cámara y ópticas, contamos con la presencia de Henning Rädlein y Johan Meunier, y el encargado del sistema de luces fue Mathis Ritcher. Por parte de Filmlight, Daniele Siragusano presentó el sistema de gestión de color HDR y Paulino Fernández, de Luciérnaga Color, estuvo a los mandos del Baselight 1 con un panel Slate para corrección de color, y para la creación del look en cámara se utilizó un Prelight conectado por WiFi a la Alexa LF. Los monitores usados fueron un Sony X300 de 1000 nits para monitorizado crítico y dos monitores LG Oled de 600 nits y 65 pulgadas para el público. El equipo full frame constaba de un cuerpo de cámara Alexa LF y un juego de ópticas Signature Prime. Como complemento, X-Rite cedió la nueva ColorChecker Video XL, una carta extra grande de referencia para agilizar la corrección de color.
Resumen evento ARRI HDR Master Class from Camera & Light on Vimeo.
Durante la master class, se rodaron imágenes con distintas configuraciones en un set construido para el evento por la directora de arte Susana Segurola, iluminado con material ARRI Lighting, SkyPanel-C (luz suave RGB) y L-Series-C (luz puntual con lente Fresnel RGB), todas ellas comandadas de manera inalámbrica desde un iPad con la nueva aplicación Stellar, también de ARRI, que permite el control total de intensidad y color. Finalmente, pudimos comprobar las enormes diferencias que proporciona el HDR en un etalonaje ad hoc que realizó Paulino Fernández del vídeo test del sistema LF que el DoP Rafael Bolaños AEC realizó para Camera & Light #98. La iluminación del set y el rodaje de las imágenes estuvo a cargo del director de fotografía Pablo Rosso AEC, quien nos ofrece un resumen a continuación de las conclusiones más relevantes de la master class.
Pablo Rosso AEC durante su master class
La implantación del conjunto HDR- Gran Formato es, desde el cambio del SD al HD, el nuevo gran paso evolutivo en la imagen digital en movimiento. En mi opinión, es infinitamente más notable que el paso de HD a 4K (este último, por supuesto, muy bienvenido). Para defender esta afirmación –que es una opinión personal– propongo un ejemplo que escuché recientemente: en- tramos a una gran superficie comercial y vemos a lo lejos un muro lleno de tele- visores. Desde la distancia es imposible distinguir las unidades HD de las unida- des 4K, sin embargo, las veamos desde donde las veamos, identificamos desde el primer vistazo las unidades HDR.
Pero vamos por partes. Ante todo, para evitar malos entendidos, hay que diferenciar el HDR en sistemas de fotografía fija, destinado a ser impre- so o exhibido en pantallas corrientes, que lo que hace es comprimir el rango dinámico de la imagen real mediante diferentes exposiciones (una o varias tomas para las altas luces y otras para las sombras, para después combinarlas en una sola, con lo que se procede a un ‘acortamiento’ del intervalo tonal de la imagen original –por ejemplo, un cielo a contraluz y la sombra de un árbol–). Por el contrario, y dejando de lado algún fallido intento de aplicar lo anterior a la imagen en movimiento, que casi nunca funciona porque cada fotograma es el resultado de dos exposiciones sucesivas, con lo que cualquier movimiento se convierte en insoportables artefactos, el HDR en vídeo/cine expande el rango dinámico exhibido, aproximando el intervalo tonal de la imagen resultante al de la imagen original. De este modo, se puede entender el HDR como una ampliación por debajo y por arriba de los valores medios de luminancia de la imagen exhibida, resultando, por ejemplo, en una separación visible entre el ‘blanco difuso’ (el objeto que más luz puede reflejar en una escena –pongamos por caso, una camisa blanca–) y las reflexiones especulares (por ejemplo, el sol reflejado en una superficie pulida). Todo esto viene acompañado con una mejora importantísima en la capacidad de reproducción del color. Se abandona la norma BT-709 y se pasa a la BT-2020, mediante una profundidad de color de 10 o 12 bits, según el caso. Se incorpora así el concepto WCG (Wide Color Gamut).
La carta Color Checker XL
Con todo esto, los sistemas de exhibición por fin se están poniendo a la altura de los de captación, que estaban siendo muy superiores a estos, y de paso se empiezan a aproximar algo más a la capacidad de nuestro sistema de visión, cosa que por otra parte es prácticamente imposible de emular, ya que este sistema es dinámico y adaptativo, haciendo una continua acomodación del iris y leyendo la imagen por partes para finalmente armar el puzle en nuestro cerebro.
Las cámaras digitales hoy pueden manejar unos 14 stops de latitud. Los sistemas de exhibición SDR (Standard Dynamic Range), hasta ahora, raramente pueden mostrar más de 7. Además, hoy por hoy las intensidades luminosas máximas de las pantallas van desde los 46 nits (un nit equivale a una candela por metro cuadrado) en las salas de cine (eso con proyectores en buenas condiciones) y los 100 nits en los televisores.
Con los nuevos sistemas HDR actualmente se trabaja para llegar desde los 600 nits en monitores Oled hasta los 10000 nits en monitores especiales y llegará a los 108 nits en cines con proyector. Samsung empieza a equipar salas de cine con el sistema Onyx Cinema Led que usa pantallas emisivas, sin necesidad de proyector y una gran luminosidad –aunque, de momento, tengo mis dudas en cuanto a textura de la imagen se refiere (y aquí hablo por informaciones recibidas, ya que no lo he visto en persona), estoy convencido de que más pronto que tarde todas las salas estarán equipadas con sistemas parecidos–.
Cinematografía en HDR/LF
Todo lo expuesto hasta ahora implica que se impone un profundo aprendizaje del uso de la herramienta, ya que hasta ahora estamos acostumbrados a, por ejemplo, componer con masas ‘reventadas’ de blanco en cielos o ventanas, o ‘agujeros negros’ en zonas oscuras, algo que en HDR se comportará de distinta manera, y donde funcionaba un ‘pelotazo’ o un negro profundo ahora habrá que estar atentos a ello, ya que habrá más detalle donde habitualmente no había. Igualmente ocurre con el WCG: donde hasta ahora, por ejemplo, para reforzar la luz de una lámpara que está en cuadro poníamos un aparato con un color aproximado, ahora será mucho más crítico, ya que al haber mucha mayor “resolución de color” cualquier sutil variación será notable.
En cuanto a los sistemas full frame en general y la ARRI Alexa LF y las Signature Prime en particular, pienso que estamos de enhorabuena. Hasta ahora arrastramos las restricciones ‘espaciales’ de la cinematografía analógica. Hoy, al regresar al formato Leica (aproximadamente), usado durante más de 100 años en la fotografía fija y por lo tanto tan familiar para nosotros, podemos disfrutar de características ópticas como la profundidad de foco o la perspectiva (asuntos independientes del tamaño y las con- diciones de la exhibición: podemos ver en la pantalla del móvil algo rodado en gran formato, con poquísima profundidad de campo o con una singular perspectiva, y seguirá manteniendo todas esas características).
Nuestra interpretación de la visión, en algunos aspectos, es aprendida. Por ejemplo, temas como la percepción de la profundidad. Sabemos que nuestra visión se basa en un sistema óptico bidimensional y que mediante la estereoscopía percibimos el mundo en tres dimensiones, pero no solo es la visión estereoscópica lo que nos permite percibir la profundidad de las cosas. Hay otras pistas importantísimas, como la perspectiva de lo observado o el desenfoque de nuestra visión por delante y por detrás de lo que estamos enfocando, aunque estemos mirando con un solo ojo.
El set visto desde la mesa de Baselight de Paulino F. Ibáñez
El sistema LF participa de unas características ópticas que realzan este tipo de herramientas de la percepción. El tamaño del conjunto óptica/sensor de la LF no solo tiene las ventajas arriba expuestas: al haber mayor resolución, contrariamente a lo que se suele creer, el resultado es mayor suavidad. Pensemos en el típico ‘diente de sierra’ en las líneas diagonales. A una misma línea diagonal, si la capturamos en SD tendrá unos dientes mayores que si la capturamos en HD, y a su vez los dientes serán aún menores si la capturamos en 4K.
Utilizando cuidadosamente la profundidad de foco, la perspectiva y la resolución, podremos conseguir una imagen sumamente suave si es nuestra intención. Unido a esto, la cámara ARRI Alexa LF, al tener el mismo sensor que el resto de las Alexa, tiene las mismas magníficas características que estas, pero al ser el doble de grande, el tamaño relativo del ruido es la mitad, lo que contribuye a la cremosidad y suavidad del conjunto. Esto es interesante porque el sistema HDR, al gozar de más contraste, da como ‘efecto colateral’ una subida del MTF (Modulation Transfer Function, lo que se traduce en una alta capacidad de mantener el contraste en altas frecuencias espaciales) en todo el sistema –más en los monitores que en proyección–, con el consiguiente aumento de la dureza de la imagen.
También, por esta misma razón, hay que ser muy cuidadosos a la hora de exponer: al tener el conjunto un alto MTF, el posible ruido de la imagen puede verse potenciado al definirse más, con lo que, en principio, es conveniente exponer la señal lo más lejos posible del umbral de ruido (por supuesto, siempre atentos al clipping point de la cámara) ya que sabemos que la mejor relación señal/ruido está, lógicamente, en la zona alta de la señal (salvo que pretendamos hacer un uso creativo de estos asuntos, claro).
En el caso que nos ocupa –el cine– la mayor parte del tiempo estaremos pendientes de rostros en planos más o menos cortos y esos rostros y sus tonos piel (que, de hecho, el BT-709 soporta perfectamente, aunque ahora, por supuesto, podremos manejar con mayor sutileza y precisión) son nuestra referencia por cultura y por nuestra propia naturaleza. Lo que se amplía notablemente es la posibilidad de manejo de todo el entorno de esos rostros.
El sistema HDR/LF en su conjunto, es una gran noticia. Es una ampliación notable de las posibilidades en la creación de imágenes y un poderoso conjunto de herramientas que tendremos que aprender a usar (y que seguro nos dará más de un dolor de cabeza). Estamos en un momento, de algún modo, similar a cuando se pasó del cine mudo al sonoro, o del blanco y negro al color o del analógico al digital.
Me gusta preguntarme qué opinarían artistas como Leonardo, Rembrandt o Sorolla (esas pieles mojadas o esa arena brillando al sol). Qué harían con esto.