‘Painkiller’, la serie del momento en Netflix, fotografiada con Alexa Mini LF y Zeiss Supreme
El director de fotografía Brendan Steacy ASC, CSC explica su enfoque visual
Brendan Steacy ASC, CSC es conocido por su trabajo en largometrajes como Stockholm y Flashback, así como el trabajo en serie en Alias Grace, Titans y Clarice. Un meticuloso control cinematográfico ha caracterizado su realización, que ha puesto en práctica también en Painkiller, la miniserie de Peter Berg recién estrenada, protagonizada por Uzo Adbua, Matthew Broderick y West Duchovny. Para ayudar a la narrativa de la serie, a menudo improvisada y en la que la interpretación es lo primero, Steacy utilizó la cámara Arri Alexa LF con ópticas Zeiss Supreme Primes para lograr su visión creativa.
Painkiller explora los orígenes de la epidemia de opiáceos y los efectos devastadores que esta produce en todo el país. Entrelaza las historias de un adicto, un investigador, traficantes de pastillas corporativos y la de la familia Sackler. Steacy explica: “Analizas estas historias individuales que de otro modo no tendrían ninguna relación y luego te das cuenta de cómo una cosa está conectada con otra. Aquí se cuenta de una forma que trata de tender un puente sobre la intersección de estas historias. Incluso en la periferia, los personajes se cruzan entre sí y ves pequeñas ‘patitas’ asomarse, como alguien que aún no ha sido presentado, visible en el fondo acercándose a un expendedor de pastillas, que termina convirtiéndose en un adicto más tarde.
“Painkiller fue un proyecto realmente inusual e interesante para mí”, dice Steacy. El director Peter Berg es conocido por sus trabajos inmersivos en los que priman los personajes y aporta una filosofía única a la realización cinematográfica. “Sabía que me esperaba un viaje loco. Pete se opone con vehemencia a cualquier artificio. Quiere sentirlo como algo que se descubre en el momento, todo el tiempo. En un caso como ese, tienes que soltar mucho del control al que estás acostumbrado”.
La producción estaba inusualmente estructurada, con la intención de ir reaccionando a las actuaciones día a día en lugar de planear cada paso por adelantado. Si una secuencia que podría haber tenido lugar en varias escenas podía combinarse en una sola, entonces a menudo sería así, y las cámaras se guiarían por el blocking para captar el movimiento del elenco entre los interiores y exteriores de un lugar. “En el momento en que bloqueamos, lo rodábamos todo como una escena larga. Sacamos las entradas de los edificios y de los automóviles y todo estaba conectado. Colocaba dos o tres cámaras, cada una con tarjetas de 25 minutos, para captar toda la escena”. Los sets refinados y la iluminación pasaron por tanto a un segundo plano para mantener un rendimiento fluido.
Siendo así el flujo de trabajo en el set, Steacy necesitaba un paquete de cámara que permitiera a su equipo trabajar con agilidad y creatividad en este entorno anómalo. “La consideración principal fue ir pequeño y ligero porque esta serie es completamente ‘portátil’. Necesitábamos algo que fuera rápido, porque realmente necesitaba poder controlar dónde miraba la gente en el encuadre”. Por eso eligió la cámara Arri Alexa Mini LF con lentes primes Zeiss Supreme. “Los lentes eran una de las únicas herramientas que nos quedaban, y necesitaba al menos poder controlar hacia dónde se dirige el ojo de alguien y desenfocar parte del fondo”.
El set de ópticas le ofreció a Steacy la oportunidad de dejar de lado las ideas preconcebidas y aceptar lo que funcionaba mejor en ese momento. “Había probado todo el set y pensé que iba a utilizar más la 40 mm, junto con la 65 mm. La 50 mm es un poco la más complicada y la que daba peor en los test previos, pero terminé filmando casi todo con ella. Me enamoré de eso. Hace que las caras sean absolutamente hermosas. Tiene la mayor cantidad de aberraciones, lo que en realidad le da la sensación más orgánica”. La naturaleza dinámica y constantemente fluida de Painkiller lo llevó a usar lentes capaces de representar bellamente un primer plano y luego ofrecer un cuadro de vista amplio cuando la cámara cambiaba a una nueva configuración a mitad de la toma.
Armados con estas ópticas y el cuerpo de cámara ligero, los operadores de cámara pudieron lograr tomas largas e intrincadas que podían durar 25 minutos completos sin interrupciones. Steacy recuerda: “Teníamos una gran escena en la sala del tribunal de siete páginas con todos los protagonistas y 200 extras. Los operadores de cámara, Iain Baird y Bret Hurd, tenían una química increíble. Tenían este hermoso tipo de ballet entre ellos. Hablaban todo el tiempo, porque a veces caminaban hacia atrás a ciegas, ambos cubriendo a diferentes personas. Luego se cruzarían y de repente irían a los perfiles y cambiarían de persona, tratando de cronometrarlo sobre la marcha”.
La larga escena de la sala del tribunal consistió en casi 60 setups entre tres cámaras, que se lograron en una sola toma de 25 minutos. “De repente, una cámara está captando primeros planos y yo literalmente hice que el primer AC, Craig Jewell, cambiara la lente mientras estábamos filmando, en medio de una toma. Si miras los dailies, puedes ver que la lente se quita y se coloca una nueva”, cuenta Steacy. “Toda la escena es portátil. Estás volando y no hay que añadir eye lights ni ajustes. Esta es la sala, tenemos luz, captamos todo en ambas direcciones, incluidos insertos, planos detalle y las panorámicas gigantes. Todo está ahí en la misma toma única”.
Desde Painkiller, Steacy ha cultivado una nueva forma de ‘cine zen’. “Terminé acabando este rodaje sintiendo que lo que hacemos es mucho más que iluminación, encuadre y bloqueo, que es como me vi obligado a abordar tantos proyectos anteriores. Aquí me sentí más como un narrador colaborativo que como un facilitador técnico”.
Painkiller está disponible para ver en Netflix.