Rodrigo Pulpeiro explica las claves fotográficas de ‘Capitán Kóblic’

Coproducción España-Argentina dirigida por Sebastián Borensztein

Autora: Mina V. Albert

Año 1977. El Capitán Tomás Kóblic, comandante de la Armada Argentina, se enfrenta a la misión más complicada de su vida: pilotar un «vuelo de la muerte». Atormentado por el terrible destino hacia el que él mismo dirige a los prisioneros de la dictadura, Kóblic toma una decisión imprevisible que marcará el resto de su vida y que le obligará a huir a un pequeño pueblo de la Pampa argentina donde deberá comenzar una peligrosa nueva vida bajo la amenaza constante de la dictadura.

Capitán Kóblic es el cuarto largometraje de Sebastián Borensztein, tras ser reconocido por haber impregnado sus trabajos en la televisión argentina de una estética muy cinematográfica. Lo consiguió todo con Un cuento chino, película anterior en la que también trabajó con el director de fotografía Rodrigo Pulpeiro ADF, a quien hemos entrevistado en Cameraman 87.

Pulpeiro ya es un habitual al frente de la fotografía de coproducciones de éxito entre España y Argentina, como la ya citada Un cuento chino (2011), o las más recientes Tesis sobre un homicidio (2013, Hernán A. Goldfrid) y Betibú (Miguel Cohan, 2014). Capitán Kóblic suma ya su segundo título –junto a El niño pez, de Lucía Puenzo, en 2009- con el que el operador argentino consigue la Biznaga de Plata a Mejor Fotografía en el Festival de Málaga. Cine español, en esta ocasión ex aequo con Carles Gusi por Quatretondeta (Pol Rodríguez).

En la película de Borensztein, la puesta de cámara es evocadora y muy narrativa. El director quería contar este thriller envuelto en el tormento y la culpa de un exmilitar (Ricardo Darín) durante la dictadura argentina, y para ello se ha servido de una estructura propia del wéstern. Su director de fotografía nos ha contado en una extensa y muy interesante entrevista cuáles fueron las claves fotográficas de esta película. Aquí un extracto:

La primera colaboración entre Sebastián Borensztein y tú fue en Un cuento chino, una película, también coproducción con Atresmedia y con la interpretación de Darín, que ganó el Premio Sur y el Premio Goya en su año de estreno. ¿Unís fuerzas de nuevo para repetir la fórmula de ese éxito?

Realmente mi buena relación con Sebastián era previa al rodaje de Un cuento chino y por eso me imaginaba que volveríamos a colaborar en un nuevo proyecto. Mi ingreso en Kóblic se dio efectivamente porque Sebastián me volvió a convocar.  Así que unos meses antes de la ‘pre’ ya me acercó un guión, y a partir de ahí empezamos a avanzar en el proyecto.

Tuvimos la suerte de poder trabajar juntos, haciendo una lectura del guión muy exhaustiva, un page to page hecho en una serie de largos encuentros en casa de Sebastián.

Nos deteníamos secuencia por secuencia y veíamos referencias en torno a la película en general y en secuencias en particular. Pensar en los ritmos internos de montaje dentro de las secuencias para la puesta de cámara nos venía muy bien para ver el ritmo de la película y visualizarla juntos, aparte de referencias muy claras de estética, de luz, de cámara, de ópticas, de encuadres o movimientos de cámara, teniendo en cuenta que Sebastián está siempre muy dispuesto a cambiar cosas, y la película fue modificándose mucho en su rodaje, pero nos sirvió llevar algo muy claro en la cabeza que nos permitió trabajar muy bien después en el set en común, porque teníamos la película muy ‘masticada’.

Fue un trabajo muy bueno, independientemente de la parte de improvisación que siempre ocurre, porque además en este rodaje se dieron unas condiciones de clima bastante particulares: se rodó en medio de unas lluvias muy intensas con evacuados y grandes inundaciones, y eso hubo que incorporarlo a la película. Durante las dos primeras semanas de rodaje hubo lluvia constante y hubo que ir tomando decisiones sobre la marcha. Pero no complicó aquel trabajo previo, sino que se incorporó a la película y terminó en una resultante de esos cielos plomizos y grises que finalmente terminan de dar el carácter a ese poblado medio perdido y oscuro donde suceden esas cosas medio tapadas dentro de las casas y esa violencia entre los personajes.

Aunque se trata de un thriller negro, tanto la estructura de la película como múltiples elementos del guión claramente refieren al western…¿Qué tipo de referencias manejabais en esa fase inicial? 

Muy diversas; veíamos mucho material que cada uno aportaba de distintas películas, pero por dar algunas referencias muy claras con respecto a construir esa imagen de un western en un poblado medio perdido, manejamos referencias de películas de finales de los 70. Recurrimos más de una vez al trabajo de cámara de No country for old men (No es país para viejos, Hermanos Cohen, 2007), donde Bardem es un sicario siniestro, que aunque no era nuestro caso, sí con respecto a la construcción de este rastreo que hace de sus víctimas, las localizaciones como la estación de servicio, también hay una ruta tipo road movie, y en ciertos detalles como la presentación del personaje y la puntuación de cámara, los encuadres y el clima sórdido del poblado, fue una película que nos sirvió, también por la ambientación de la época (vestuarios, coloración).

Por algún sitio leí que se encuentran similitudes con La isla mínima. A mí me encantó esa película, y recuerdo haber hablado con Sebastián de esa ella. Me parece que visualmente es muy potente y que la imagen apoya muy bien ese relato. Es cierto que la trama ocurre en esa época y sí creo que en algún punto hay algo de ella, de hecho la revisamos.

Es cierto que hay muchas similitudes, incluso en la historia, un thriller encuadrado en una dictadura a finales de los 70, los paisajes y planos aéreos …

Además de esos personajes; uno de los policías aún tiene resquicios del pasado y vinculación al tema de la dictadura, sin duda hay puntos de unión y no dejamos de verla, sin ninguna intención de tomar moldes de allí, pero es muy atractivo cuando quieres reunir información para un proyecto ver ejemplos similares. Lo primero que buscábamos era un relato de la época…

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