Muchos son los títulos en los que hemos disfrutado del trabajo de Kiko de la Rica: La comunidad, Lucía y el sexo, Retorno a Hansala o Blancanieves, con la que consiguió el Premio Goya en 2013 (ver #Cameraman 62). Pero, más allá de los reconocimientos o de las propias películas, lo que más valora el operador es la experiencia vivida durante cada rodaje. Por eso, el de Mediterráneo probablemente sea el más intenso a nivel emocional. Un equipo con pocos recursos, pero unido por la responsabilidad de contar una historia muy importante, sacó adelante un rodaje repleto de obstáculos. La película, que fue una de las preseleccionadas a competir por España en los Oscars, le ha valido a Kiko su segudo Premio Goya a la Mejor Fotografía.