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Especial Festivales
Os ofrecemos en esta edición una selección de lo que llevamos visto de la temporada de festivales de cine, con la mirada de sus directoras y directores de fotografía.
LEÓN DE ORO FESTIVAL DE VENECIA
Coincidiendo con el estreno en salas de cine de ‘La habitación de al lado’, el primer largometraje en inglés de Pedro Almodóvar y León de Oro en Venecia 2024, hemos hablado con el director de fotografía Edu Grau ASC AEC sobre su primer trabajo en la factoría de El deseo junto a nuestro director más internacional.
En La habitación de al lado, Pedro Almodóvar recupera a la actriz Tilda Swinton, con quien rodó el mediometraje La voz humana, y la empareja con Julianne Moore para narrar una memorable historia de sororidad entre mujeres en la que una acompaña a la otra en su último viaje. Almodóvar ha renovado equipo y ha recurrido a todo un universo de referencias artísticas para ponerlas a disposición de todo lo que quiere contar. Como en el relato Los muertos de James Joyce en el que se apoya, cae la nieve sobre el universo Almodóvar, abriendo la puerta a la melancolía y a lo crepuscular. Pero Almodóvar sigue siendo Almodóvar, y sus copos de nieve son de color rosa. Hemos conversado con el director de fotografía barcelonés sobre la desafiante combinación de lo crepuscular y lo ‘almodovariano’ en el enfoque fotográfico de La Habitación de al lado.
PALMA DE ORO FESTIVAL DE CANNES 2024
Sean Baker (Florida project, Tangerine) siempre había querido hacer una película sobre los rusoparlantes asentados en la zona de Brighton Beach y Coney Island, porque el actor Karren Karagulian, con quien colabora desde su primer largometraje, tiene muchos vínculos con esa comunidad. Así se le ocurrió la historia de Anora, una pretty woman uzbeko-americana: una trabajadora sexual que se casa impulsivamente con el joven heredero de un oligarca ruso. Pero el transgresor cuento de hadas queda interrumpido cuando unos sicarios mandados por los oligarcas invaden su lujoso nido de amor. Baker vuelve a colaborar con el director de fotografía Drew Daniels para fotografiar esta película, ganadora de la Palma de Oro de Cannes, a medio camino entre una comedia romántica y una película de gánsteres que fue filmada robando planos en las calles de Nueva York con la técnica utilizada en el cine del ‘nuevo Hollywood’ de los años 70.
Drew Daniels representa una nueva generación de directores de fotografía estadounidenses enfocados en proyectos de cineastas independientes donde exista la libertad suficiente para poder crear y descubrir desde el riesgo y la innovación, alejados de las convenciones de los rodajes actuales. Acaba de rodar Shell, de Max Minghella, y con Sean Baker comenzó a colaborar en Red rocket. En esta entrevista comparte de manera entusiasta cómo desarrolló la narrativa visual de la flamante Palme d’Or de este año en Cannes.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN
Del 72SSIFF os traemos tres propuestas: Los destellos, ganadora de la Concha de Plata a Mejor Interpretación Femenina para Patricia López-Arnaiz. La última película de Pilar Palomero, que ya está en cines, ha sido fotografiada por Daniela Cajías AEC, con quien vuelve a rodar tras Las niñas, trabajo con el que la directora de fotografía fue la primera mujer premiada con el Premio Goya.
Daniela Cajías define Los destellos como una oda a la sutileza. Un lenguaje de cámara más clásico, un retrato de la naturaleza que invita a la contemplación y una iluminación que deslumbra en su naturalidad y sencillez, sirven como punto de partida para articular un relato sobre la inminencia de la muerte que bien puede devenir en la toma de conciencia sobre el valor de la propia vida. Partiendo del texto de Eider Rodríguez, Un corazón demasiado grande, Palomero construye la historia de Isabel (Patricia López Arnaiz), quien, a requerimiento de su hija Madalene (Marina Guerola) retoma el contacto con su exmarido convaleciente Ramón (Antonio de la Torre), y se enfoca en mostrarnos a lo largo de la película una vulnerabilidad que es también terreno fértil para dibujar un arco dramático sutil, pero no por eso menos significativo, que en toda su sencillez da vida a la complejidad propia del tema.
También os hablamos de El llanto. Una luz realista, tres mujeres conectadas a través del miedo indescriptible en diferentes épocas y una linealidad rota, son los puntos de partida sobre los que asienta esta película su propuesta visual y narrativa. En este oscuro relato dividido en tres, Pedro Martín-Calero, valiéndose de la premisa que afirma que el germen del cine son los sueños y, por tanto, el del cine de terror serían las pesadillas, construye una inquietante narración donde las pantallas de los móviles, ordenadores y televisores, son como un pozo sin fondo, que al igual que los espejos, multiplica los horrores, sugiriendo la idea, aún más inquietante, de que el verdadero terror se encuentra en lo íntimo y en lo cotidiano, antes que en el clásico monstruo o la sorpresa.
La ganadora de la Concha de Plata ex aequo a la Mejor Dirección, que compite estos días también en Seminci, es también un ejercicio de estilo, donde, a través de la composición, el movimiento, la mezcla de texturas –incluso sonoras–, y un diseño de producción que da vida a los cambios temporales propios del guion, ofrece al espectador una historia que, si bien podría ser enmarcada dentro del género del terror, apuesta por una estructura más arriesgada que la aleja también del cine de género. De todo ello hablamos con su directora de fotografía, la argentina Constanza Sandoval.
También en Sección Oficial del Festival de San Sebastián, pero fuera de competición, se presentó Querer, la esperadísima primera serie de Alauda Ruiz de Azúa que se estrenó este jueves en Movistar +.
La directora presenta un drama familiar dividido en cuatro episodios -*querer, *mentir, *juzgar, *perder-, para contar la historia de una mujer que ha decidido denunciar a su marido, con quien lleva viviendo más de treinta años, por violación. Cuando se nos introduce en el relato, el personaje ha decidido dejar atrás el confort de una vida acomodada y asumir el coste emocional, social y familiar que conlleva su decisión.
Al plantear un lenguaje de cámara y una puesta en escena más bien clásicos, y gracias al retrato de unos personajes llenos de matices, el espectador es testigo de escenas de auténtica tensión y angustia, donde a veces es inevitable preguntarse: ¿cuál es la verdad? Parte de esta verdad radica en la propuesta de un lenguaje visual contenido, a veces observacional, donde se es testigo del desmoronamiento de una familia, aunque también del doloroso e inspirador camino hacia la independencia de una mujer en busca de reparación. La directora, junto con el director de fotografía Sergi Gallardo, con quien hemos hablado, a través de un enfoque visual hiperrealista, introduce la idea sobre las distintas aristas de un tema actual como el consentimiento, y construye una pieza cuya fuerza radica en las interpretaciones, pero que también toma posición y sitúa al espectador en una disyuntiva que no pertenece únicamente al mundo de la ficción.
SEMINCI
Como avance de lo que viene ya a Valladolid, os traemos el análisis de Rita, la opera prima de Paz Vega, que se estrena en cines el 25 de octubre tras su estreno mundial en el Festival de Locarno y después de competir en la 69 edición de la SEMINCI.
Vega, que escribe, dirige y también es productora ejecutiva de Rita, nos cuenta en su opera prima una dolorosa historia ambientada en la Sevilla de los años 80 que (solo) parece traída de sus memorias y donde, además, interpreta a la madre de Rita, una niña que con solo siete años siente el peso soportado por su progenitora y la demasiado temprana responsabilidad de proteger a su hermano ante la dependencia emocional y económica a un padre autoritario que la sociedad de la época convirtió involuntariamente en impune al otorgarle el título de ‘cabeza de familia’. La directora de fotografía Eva Díaz Iglesias (AEC) nos ha contado cómo acompañó a Paz Vega en este viaje a la infancia, con sus luces y sus sombras, en una exquisita aproximación de época a la España post franquista.
CAMERIMAGE
Bajo la dirección de Joel Souza y con la producción e interpretación de Alec Baldwin, Rust contaba con un presupuesto de entre 6 y 7 millones de dólares que limitó el rodaje a 21 días en el Bonanza Creek Ranch, un pueblo fantasma de Nuevo México. Las malas condiciones laborales provocaron que varias personas del equipo abandonaran la producción en los días previos a la muerte de Halyna Hutchins el 21 de octubre de 2021 durante el ensayo de un plano con un revólver que se confundió con un arma ‘fría’ (no cargada con munición) y que también hirió al director del filme.
Tras varias denuncias y algunos juicios, en los que solamente fueron condenados la armera Hannah Gutiérrez-Reed -a 18 meses de cárcel- y el asistente de dirección, David Halls -a 6 meses de libertad condicional-, la producción llegó a un acuerdo con el marido de Hutchins que anulaba el proceso judicial a cambio de poner su nombre en la producción ejecutiva del filme.
El Festival Camerimage 2024 ha programado en su memoria la proyección de Rust, la película que Halyna dejó a medio hacer y que otra directora de fotografía -Bianca Cline- se encargó de terminar. Mientras se siguen produciendo acaloradas discusiones entre quienes denuncian, no solo la decisión del festival, sino que el filme se haya terminado de rodar, y quienes apoyan a la familia de la fotógrafa ucraniana, que está a favor de ambas cosas, en Camera & Light queremos conocer las distintas capas de complejidad de esta historia que, ante todo, debería poner de relieve el necesario cumplimiento de los protocolos de seguridad en el set. Para ello, hemos tenido la oportunidad de hablar con la directora de fotografía que asumió el complicado papel de terminar el trabajo que Halyna comenzó. Hay que decir que nadie más de las fuentes consultadas ha querido hacer declaraciones para esta revista.
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